El proyecto sociocultural comunitario Alas de mariposa estimula, junto al trabajo de la muñequería, el crecimiento de los valores humanos .
Donde ayer hubo gastados vestidos de boda, abrigos, botones sucios e indescifrables recortes de tela, las corbatas de colores que ya abuelo no usaba, hilos de estambre y medias con huecos, hoy encontramos una pantera contorsionista, monos alados y payasos de trapo.
Sin embargo, donde ayer hubo inventiva, hoy quedan todavía deseos de crear, pues los integrantes del proyecto sociocultural comunitario Alas de mariposa, nacido a principios del 2012 en Sancti Spíritus, convierten con imaginación los ajuares de antaño en juguetes y los juguetes, en valores humanos.
“Al principio pertenecíamos a un taller de tejido y bordado que se llamaba Artelena, donde decidimos un día aprender a hacer muñecos. Nos pusimos en contacto con la profesora insigne de la muñequería en Cuba Carmen Soto González, de Camagüey, quien vino acá y nos impartió un curso” cuenta a Escambray Ania Teresita Jiménez Fernández, gestora principal del proyecto.
Desde entonces Alas de mariposa vuela por la realidad espirituana y lleva sus personajes de tela a cada rincón donde existan sueños. La Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena, centros educativos y comunidades de la provincia han recibido la alegría de sus creaciones.
“Tenemos un bolso que nombramos Regalando sueños, a donde van todos los muñecos que hacemos en clase y después decidimos qué escuela, círculo infantil o comunidad con desventaja social visitaremos. Allí realizamos una actividad cultural y regalamos los muñecos”, explica Ania.
Ubicada en el centro histórico espirituano, la galería-taller abre la cruzada educativa a la enseñanza de alrededor de 180 técnicas para la confección de muñecos. Varios cursos, tanto para niños como para adultos, encauzan conocimientos sobre el arte de hacer juguetes a partir de los más disímiles materiales.
“Con una duración de seis meses, los alumnos empiezan a aprender desde las técnicas simples hasta las complejas. Actualmente asisten más de 90 personas. Ahora donamos 500 muñecos a la villa”, refiere la gestora principal.
Miembro del Centro de Intercambio y Referencia-Iniciativa Comunitaria (Cieric), y con varios galardones en certámenes nacionales y regionales, como el reciente Premio de la Popularidad en el concurso nacional La cultura y los procesos de desarrollo cultural y comunitario, Alas de mariposa batalla por convertirse en un proyecto de desarrollo local.
“El banco plantea que somos particulares, por lo que no contamos con un respaldo económico. Entre nosotros recogemos dinero y compramos ropa reciclada. Además recibimos donaciones de prendas en desuso —expone Ania—. Trabajamos con poliespuma, vasos y platos desechables para hacer botones y hasta vestidos viejos”.
Asociado a alrededor de 20 instituciones culturales de Sancti Spíritus con las cuales desarrolla actividades, el proyecto realiza dos círculos de interés para alumnos de las escuelas Rubén Martínez Villena y Frank País. Recientemente el Cieric destacó su labor como promotor de la unidad familiar.
“Nos han visitado personalidades como Natalia Bolívar y su hija, el viceministro de cultura Fernando Rojas y Zenaida Romeu, quien al recibir como regalo nuestro un violinista hecho con la técnica japonesa amigurumi se viró para sus músicos y les dijo: Muchachitas, al fin tenemos un hombre en la Camerata”, comenta alegre Ania.
Para hacer magia no hacen falta ni sombrero de copa ni conejos, solo contar con retazos de telas, hilos, y la certeza de nunca poner frenos al infinito espacio de la creación, así lo ven los integrantes del proyecto Alas de mariposa, un espectáculo de originalidad hecha muñecos de trapo.
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