El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) ganó las presidenciales de 2014 con 50,11 por ciento de los votos, tras un largo bregar entre el proselitismo de miedo de Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y su negativa a aceptar la derrota.
De acuerdo con los resultados oficiales dados en la madrugada de hoy por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) el partido de gobierno obtuvo un millón 495 mil 815 sufragios, la cifra más alta en la historia nacional desde los Acuerdos de Paz de 1992.
En tanto Arena, en la segunda ronda, alcanzó el 49,89 por ciento de las boletas, que significa un millón 489 mil 451 votos.
El presidente del TSE, Eugenio Chicas, que dio por terminado el escrutinio definitivo, detalló que hubo tres mil 198 sufragios impugnados, cifra menor a la diferencia entre las dos fuerzas políticas que es de seis mil 364 votos.
Los datos oficiales coinciden con los del conteo preliminar que el domingo 9 de marzo, luego de la segunda ronda electoral, ya daban como ganador al FMLN.
Aunque se maneja mediáticamente el estrecho margen entre los dos partidos, lo cierto es que en esta vuelta el triunfo se puede producir por solo un voto.
Y esa diferencia fue el pretexto de Arena para desconocer los resultados preliminares a través de intentos de protestas al estilo de la oposición venezolana como denunció el secretario general del FMLN, Medardo González.
Quema de llantas, cortes viales y hasta los importados cacerolazos caracterizaron sus manifestaciones, que algunos medios de comunicación resaltaron hasta la saciedad.
En este contexto, calificado por muchos de actos desesperados, el candidato de Arena, Norman Quijano, el domingo, luego de conocerse los resultados preliminares aseguró que tenían su «propio recuento», que le daba el triunfo.
Dijo que él y su partido estaban en pie de guerra al tiempo que aseguró que miembros del Ejército estaban pendientes del resultado de esta elección presidencial y que la Fuerza Armada estaba «lista para hacer democracia».
La Fuerza Armada de El Salvador (FAES) rechazó las declaraciones del candidato de Arena a través de un comunicado en el que recalcó que «bajo ninguna circunstancia se prestará a la manipulación de persona o grupo alguno que pretenda intrumentalizarla o influenciarla, para objetivos que atenten contra la voluntad del pueblo salvadoreño».
Asimismo, ratificó su compromiso de respetar irrestrictamente la decisión soberana del pueblo salvadoreño expresada en las urnas, respaldar los resultados electorales oficiales y su total respeto y lealtad al presidente de la república y comandante general de la FAES, Mauricio Funes.
No solo la Fuerza Armada rechazó estas posturas, sino también organizaciones sociales y políticas, observadores nacionales e internacionales, y organismos como Naciones Unidas.
Pero los intentos desestabilizadores de Arena no se quedaron en la calle y en las frases beligerantes del candidato, llegó al propio TSE, a las salas de escrutinio, que representantes de Arena abandonaron tratando de boicotear el proceso.
El magistrado Chicas dio un ultimátum y dijo que el conteo seguiría con o sin Arena, e invitó a presentar cualquier denuncia ante el Tribunal, la Procuraduría de los Derechos Humanos o la Organización de Estados Americanos, estos dos últimos servirían como mediador.
Arena se reintegró a las mesas, pero hizo fuerza para dejar hasta el final las actas que le daban la mayor cantidad de votos al FMLN, con la intención de generar incertidumbre. Finalmente la victoria se consumó.
Pero nada ha sido fácil para el FMLN en este proceso. Ahora debe esperar a que se analicen algunos recursos interpuestos por Arena, ante el TSE y la Fiscalía General de la República.
Con ello, intentan desacreditar el proceso, aún cuando observadores lo califican de transparente y dentro del marco de la legalidad.
El vicepresidente de Ideología de Arena, Ernesto Muyshondt, aseguró que su partido deslegitima cualquier pronunciamiento del TSE sobre el triunfo de las elecciones presidenciales del FMLN.
El pueblo salvadoreño deberá esperar hasta el lunes próximo para que declare a Salvador Sánchez Cerén y a Oscar Ortiz como presidente y vicepresidente electos, una vez resuelta las demandas de Arena.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.