Tras alcanzar la mayor producción de carbón de los últimos tiempos la Empresa Forestal incrementa la entrega de este rubro exportable.
Las carboneras pertenecientes a la Empresa Forestal Integral (EFI) logran en lo que va de año un ritmo productivo que parece dejará en mangas cortas a los compromisos previstos para el 2014 y, sobre todo al de la exportación, pues en enero y febrero reportaron 17 contenedores cargados o en proceso de almacenamiento, cifra equivalente a la mitad de lo enviado al mercado exterior en todo el 2013.
De acuerdo con la información de Antonio Álvarez González, director técnico, la entidad espirituana registró el pasado año una producción de carbón vegetal de 925 toneladas —157 por encima del plan y unas 300 más que en el 2012 — considerada la segunda más grande en la historia de la provincia.
El destino principal del carbón enfila a la exportación y las ventas en el año anterior se aproximaron a las 642 toneladas, cantidad agrupada en 34 contenedores, una cifra que ilustra el crecimiento en dicho rubro, pues cuando arrancó la fabricación para tal fin en el 2005 se exportaron 4 contenedores.
“Al carbón se le han ido abriendo los mercados y ha subido el precio —años atrás la tonelada costaba 250 dólares y ahora oscila entre 300 y 330 dólares— y solo la exportación de Sancti Spíritus en el 2013 le aportó al país cerca de 200 000 dólares, de ahí que para la empresa se ha convertido en el renglón principal y actualmente los ingresos totales por este concepto triplican a los de la madera aserrada”, explica el directivo.
La EFI reúne hoy a más de 100 carboneros vinculados a la producción y los beneficios, cifra que denota el auge experimentado en el oficio a raíz de las mejoras introducidas en la atención integral a esos hombres, incluido el pago.
Los frentes principales de la entidad forestal radican en las unidades silvícola de Jatibonico —con sede en Arroyo Blanco— y Trinidad, las que de conjunto aportan casi el 60 por ciento de la producción; a la vez que la empresa da pasos en aras de reactivar la carbonera de Pitajones, una zona con tradición en la actividad y notable abundancia de marabú, principal especie utilizada junto al soplillo —bosque natural regenerado— y la casuarina.
“Nunca hemos tenido la reclamación de un cliente por mala calidad del carbón exportado por la empresa forestal, de manera que aspiramos este año a incrementar la producción manteniendo la calidad y en ello está influyendo mucho el método de fabricación empleado en la zona de Arroyo Blanco de hacer hornos menos altos y más horizontales, esquema que también humaniza el trabajo del carbonero”, expone Antonio Álvarez.
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