La Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, de La Sierpe, festeja agosto con el completamiento de la mitad de su plan anual de arroz húmedo ascendente a 140 000 toneladas.
La pericia de los hombres y mujeres del arroz en Sancti Spíritus se puso otra vez a prueba para sellar el llamado año arrocero (noviembre, 2013-agosto, 2014) con 38 550 hectáreas del cereal, unas 3 000 por encima de lo planificado, y poner a la provincia en condiciones de cumplir con el programa de sustitución de importaciones del actual año.
Lograrlo no implica novedad para un colectivo como el de la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, de La Sierpe, que archiva proezas mucho más connotadas. Pero concretarlo en medio de las tensiones de inicios de año por el retraso en la llegada del fertilizante habla de un esfuerzo importante.
Lo corrobora su director Orlando Linares, quien, junto a su equipo de dirección y sus productores, puso en marcha una estrategia para mitigar pérdidas y producir arroz sin detenerse a cavilar sobre lo irremediable. “En general se afectaron unas 12 000 hectáreas de la siembra de frío. Lo primero fue plantar unas 3 000 hectáreas adicionales para compensar en parte las pérdidas, también se extendieron las jornadas de trabajo para tirar toda la urea posible, se laboró intensamente en junio y julio, se realizaron aplicaciones manuales, sobre todo en el sector campesino, y se asumió la fertilización foliar; no obstante, se registró la pérdida de unas 7 000 toneladas de arroz”.
Pero no todo ha sido la “acidez” de la urea. La aviación no pudo cumplir las horas de vuelo, pues de seis aparatos casi siempre se emplean tres o cuatro.
Lo otro es el respaldo de la infraestructura técnica, beneficiada en los últimos tres años con equipos de moderna tecnología (12 se adquirieron este año), aunque según Eddy Santiago Gómez Rojas, subdirector técnico productivo, del parque total de 35 equipos, 18 están parados y escasean las piezas para asumir el arreglo, lo que afecta la preparación de tierra.
Quedan también reservas en el rendimiento, pues de 4.56 toneladas por hectárea, se logran 4.2, aun cuando en UBPC como Mapos y Sur del Jíbaro se llega a 5 toneladas. “No todas las unidades tuvieron la misma agilidad para aplicar la urea cuando llegó. La granja militar Romero y la UBPC El Cedro tuvieron problemas con las inversiones, sin contar que algunas áreas no se atendieron bien”, recalca el subdirector técnico productivo.
Han existido problemas por las mezclas varietales, especialmente con la variedad LP-7 que se está partiendo mucho, por ello se trabaja con la Estación Experimental para desinfestar áreas y disminuir las mezclas. Se busca que toda la semilla sea certificada, muestra de ello es que ya en esta campaña cerca del 93 por ciento del área se plantó con semilla de calidad, no obstante el pasado año la empresa espirituana fue la mejor del país en calidad del arroz.
Las cifras parecen corroborarlo, pues el 66 por ciento del grano se calificó de primera calidad y el resto fue evaluado de calidad regular.
Con todo y esos peros, “Sur del Jibaro” festeja agosto con el completamiento de la mitad de su plan anual de arroz húmedo ascendente a 140 000 toneladas. Ello pone a la entidad en condiciones de cumplir al cierre del 2014 las 57 000 toneladas de arroz consumo comprometidas con el país para la canasta básica y otros destinos, una cifra que, aunque no reporta crecimientos en relación con el pasado año, sí mantiene a la provincia como la segunda mayor productora del cereal en el país, pues ya llegó a casi la mitad de esa cifra y dispone de grano almacenado para continuar sin dificultades.
Al decir de Linares, “reposó” la siembra, pero la industria se mantiene activa con sus cinco molinos a plena capacidad y el campo responde con unas 45 máquinas cosechadoras, casi la mitad de ellas adquiridas en los dos últimos años.
“Se hizo un fuerte proceso de reparación, porque del monto total de cerca de 30 millones de pesos desde el 2011, unos 10 millones han sido para la industria, de ahí que los silos de almacenamiento estén en buenas condiciones. Hemos contado, además, con el apoyo del transporte de UDECAM para la extracción oportuna sobre todo en los momentos pico”.
En los arrozales espirituanos habrá un descanso relativo, pues ya se prepara la próxima campaña de siembra a iniciarse en noviembre con la previsión de un área similar a la que acaba de sellarse. Mientras las labores se concentran en la preparación de las tierras, las atenciones culturales se acentúan en las terrazas sembradas en la etapa de primavera, para lo cual vuelve a ser vital el apoyo de la aviación.
Aunque no con los “pulmones” de otros años, la empresa agroindustrial del grano respira bien, y ni siquiera se ha sentido la cierta “resequez” de la presa Zaza, su principal fuente de abasto, que por estos días ha mantenido su capacidad de almacenamiento sobre el 42 por ciento. Pese a tal garantía, Linares, quizás por las torturas que le quitaron el sueño en el 2005 y 2010 cuando el embalse se contrajo a límites muy bajos, insiste en mantener el uso eficiente del agua.
Por ahora las 70 000 toneladas de arroz consumo, récord productivo de la entidad y concebidas desde finales del 2013 cuando nadie podía prever los entuertos de la urea, siguen siendo una quimera posible.
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