Jóvenes inmigrantes pidieron este lunes al gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, incluir un monto en el presupuesto de ese estado para que estudiantes carentes aún de la ciudadanía estadounidense puedan ingresar en las universitadades.
Los denominados «dreamers», jóvenes traídos ilegalmente a Estados Unidos por sus padres cuando eran niños, criticaron además la lentitud con la cual ha reaccionado el gobierno estadual hasta el momento.
El proyecto fue aprobado por la Cámara de Representantes del estado, pero aún requiere del aval del Senado de dicho territorio.
El portavoz de Cuomo, Elbert García, alegó este lunes que el gobernador respalda el proyecto de ley federal Dream Act y que está revisando varias propuestas estatales para ofrecer más oportunidades escolares a estudiantes indocumentados, citado por el periódico neoyorkino, El Diario.
Nueva York permite que los dreamers abonen las mismas tarifas que los estudiantes que cumplen con los requisitos de residencia del estado, pero los inmigrantes argumentan que las casas de altos estudios resultan muy caras.
No me alcanza para pagar los cursos, explicó Luis Saavedra, un mexicano de 21 años que llegó a Estados Unidos con su familia a los nueve y que estudia antropología en Lehman College.
Saavedra trabaja como camarero y solicita becas privadas para poder pagar los casi tres mil dólares que cuestan sus estudios cada semestre.
Si la medida se aprueba, Nueva York se convertiría en el cuarto estado del país en ofrecer ayuda financiera pública y privada para ir a la universidad a jóvenes inmigrantes sin papeles, después de California, Texas y Nuevo México.
Legisladores hispanos demócratas del estado llevan tres años pidiendo que se apruebe la medida que aseguran, contribuiría a mejorar la economía estatal.
El Instituto de Política Fiscal calcula que el New York State Dream Act podría costar 17 millones de dólares anuales.
En Estados Unidos cerca de 11,7 millones de ciudadanos aguardan por una postergada reforma migratoria, la cual permanece estancada por las agudas divergencias entre demócratas y republicanos en el Congreso.
Si bien en junio pasado el Senado aprobó una medida que avanza en el tema del otorgamiento de la ciudadanía, la mayoría republicana en la Cámara de Representantes aboga por tratar el tema migratorio de manera fragmentada y sin posibilidades de optar por la naturalización.
El presidente Barack Obama, que ubica el tema como prioridad en la agenda de su segundo mandato (2013-2017), está a favor de seccionar el abordaje de la ley migratoria, siempre y cuando se facilite sacar de las sombras a los millones de indocumentados en la nación norteña.
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