Se trata de una réplica de la celda en la que estuvieron confinados por 17 meses cinco antiterroristas cubanos condenados en EE.UU.
No agradezcan el silencio es el título de la instalación-performance del artista Alexis Leiva «Kcho» que fue inaugurada este sábado en el edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes y constituye una denuncia al injusto encarcelamiento y muestra la crueldad del sistema penitenciario estadounidense.
Los espectadores podrán permanecer encerrados por cinco minutos en el calabozo, construido con acero y pladoor, de unos 15 pies de largo por siete de ancho amueblado con una litera de hierro, delgado colchón, meseta y asiento de concreto, inodoro, lavamanos y un espejo de metal.
Por mucho que se pueda escribir o contar sobre la experiencia en «El Hueco» (como se le conoce a la Unidad de Albergamiento Especial del Centro Federal de Detención, de Miami) nada como experimentarla en carne propia al menos por unos minutos, dijo en la inauguración Fernando González, quien regresara a Cuba recientemente luego de cumplir su condena.
Sin dudas esta maravillosa idea posibilitará que las personas se interesen mucho más por conocer sobre el caso y esto redundará en mayor solidaridad y contribuirá a que Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero -aún prisioneros- estén de regreso lo antes posible, expresó.
Por su parte René González, el primero de los cinco en salir de la prisión tras purgar su condena, señaló que espera que la obra cumpla el cometido de romper el muro de silencio que se ha tendido sobre el caso, sobre todo frente al pueblo norteamericano.
René narró cómo surgió la idea, de la ayuda del intelectual Miguel Barnet en la búsqueda del artista que la creara y el espacio para mostrarla, y agradeció a Kcho y a sus compañeros del Estudio Romerillo por el entusiasmo, dedicación y entrega con que asumieron el proyecto.
Kcho dedicó la obra al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, «por su eterna confianza en la victoria y espíritu de lucha e inspiración para el pueblo cubano».
La exhibición incluye además, un salón (también entre rejas) para exposiciones transitorias, donde se muestran 15 acuarelas de Antonio de la serie Yo me muero como viví, y una pequeña «aula» con pupitres, donde se proyectarán algunos de los audiovisuales realizados sobre Los Cinco durante 15 años de batalla por su liberación.
«Gracias a las acuarelas de Antonio y a los recuerdos de René y Fernando, pudimos hacer esta obra que muestra un lugar horrible pero que está creada para la reflexión», destacó.
Kcho comentó una llamada que recibió hoy de Antonio quien le contó que había mandado para Cuba unos bocetos de futuras acuarelas que piensa realizar sobre el encarcelamiento.
Me dijo que iba a pintar el juicio y accedí a recrear un tribunal que muestre al mundo el circo que constituyó el enmarañado juicio, resaltó el artista.
En la inauguración de la instalación, ubicada en los portales interiores del museo, estuvo presente el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, así como intelectuales, familiares de Los Cinco, amigos y miembros de los comité de solidaridad.
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