La mayoría de los espirituanos considera que la reconstrucción total del parque Serafín Sánchez es una obra admirable. Esta vez no hubo que lamentar la angustia e ineficiencias de otros procesos inversionistas porque la entrega de los distintos ciclos productivos se llevó a buen término y con calidad.
Sin embargo, también opinan que en la provincia le faltan piezas al complejo engranaje inversionistas-contratistas-proyectistas-suministradores y ejecutores que debe marcar cada construcción porque los implicados casi siempre obvian la necesidad de un cronograma regido por normas y regulaciones.
Más allá de la calidad, Sancti Spíritus muestra un nivel de ejecución de un 58.3 por ciento de los trabajos previstos, concentrados esencialmente en el Programa de la Vivienda, el Hospital General Universitario Camilo Cienfuegos y las acciones que se desarrollaron en el marco de la celebración del aniversario 500 de la ciudad.
Según datos gubernamentales, el territorio tiene aprobadas 377 inversiones; agrupadas en programas y subprogramas, las cuales al cierre del mes de agosto mostraron un nivel de ejecución que, si bien fue sobrecumplido, todavía resulta discreto.
Los números parecen indicar que el 2014 puede ser superior al 2013, algo que ratifica Noel Carballo González, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial que atiende esa esfera, quien asegura que no existen impedimentos para llegar a la cifra fijada. “El Ministerio de Turismo, aunque tiene atrasos en los hoteles Pansea y Palacio Iznaga, debe cumplir gracias a otras obras ya concluidas, mientras que en el hospital se ha ejecutado todo el financiamiento previsto e incluso se está pidiendo un incremento monetario para adelantar trabajos correspondientes al 2015”.
Pero sucede que las inversiones no se miden con números; aquí, dos más dos no siempre pueden ser cuatro, ya que más allá de las cifras se ocultan obras con largas paradas y esperas como la del hotel Pansea, con fecha de terminación para el 30 de septiembre del 2014 y aún sin concluir.
Concebir una planificación sin intermitencias depende de muchos hilos; pero, ¿acaso resulta comprensible que el Ministerio de la Industria Alimentaria, con 16 inversiones para el 2014 y solo un 18.2 por ciento de ejecución, pueda durante el último trimestre emprender una carrera contrarreloj que lo lleve al éxito?
José Azcanio Ruiz, máximo representante de ese organismo en la provincia, afirma que la situación más crítica está en la Empresa de Productos Lácteos Río Zaza, aun cuando existen otros incumplimientos, no por falta de previsión, sino por la carencia de equipos importados, criterio con el que coincide Félix Luis Morell, director de la industria espirituana.
“Nos faltan insumos que todavía no están en el país, a pesar de haber sido contratados desde el pasado año”, precisa Luis Morell.
De acuerdo con Edilio Gil Mursulí, al frente de la Dirección Provincial de Economía y Planificación, algo similar sucede con Etecsa, que para consumar su plan de inversiones en poco más de dos meses deberá superar el 24.8 por ciento de ejecución.
“Hay entidades que no van a cumplir por la falta de recursos que ya no van a entrar al país. Muchas de ellas concentraron sus principales inversiones, que dependen de importaciones, para el último trimestre porque regularmente entran en este período, algo que no resulta atinado, toda vez que los insumos deben preverse con tiempo, de ahí que se haya trazado una estrategia para comenzar a presentar desde ahora los recursos que deben arribar antes del último trimestre del 2015. Cuando concluya diciembre, entidades como Etecsa podrán preservar el dinero asignado y mantener la continuidad de la obra para el año próximo; otras, de no invertir, perderán el financiamiento asignado”, aclara el directivo.
La moraleja es que en materia de construcción no todo es cuestión de tiempo; también tienen que ver la disponibilidad financiera e intereses, sin dejar a un lado el andamiaje de recursos necesarios en cada una de las obras, lo que viene a confirmar que los acelerones que requiere el motor de las construcciones en Sancti Spíritus parecen frenarse también por problemas de ajustes y falta de previsión.
Al restar menos de tres meses para finalizar el año se deberá ejecutar cerca del 42 por ciento del financiamiento otorgado a la provincia para fines inversionistas; otra vez se deja para los finales lo que debió transitar por etapas más equitativas a tono con los cronogramas.
Quizás entonces haya que apostar por los maratones que solo provocan dar por terminada una obra plagada de imperfecciones y detalles por pulir, en un ejercicio de finalismo constructivo que, en las actuales circunstancias del país, resulta imperdonable.
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