El frente menos favorecido en la arrocera Sur del Jíbaro durante los últimos años, la rehabilitación hidráulica y vial, acaba de recibir lo que aquí denominan una verdadera inyección en vena con la entrada en explotación del primero de dos lotes de nuevos equipos destinados a revertir la situación de deterioro acumulada por décadas en la más importante entidad agropecuaria de la provincia espirituana.
Sur del Jíbaro encara la nueva cosecha
Fuentes de la Empresa Agroindustrial de Granos (EAIG) Sur del Jíbaro reconocen que tras el notable aporte de moderna maquinaria agrícola —se incluye la renovación del parque de cosechadoras—, equipos de transportación y componentes para la infraestructura industrial y de almacenamiento, los medios adquiridos ahora para la rehabilitación hidráulica y vial figuran entre los más demandados por los productores de la región.
Según el ingeniero Ricardo Hernández Rodríguez, director de Mecanización en la EAIG, la primera dotación incluye motoniveladoras, bulldozers, grúas excavadoras del tipo hidráulico y multipropósito, cargador, compactador y ocho camiones (estos últimos aún por incorporarse), un equipamiento que desde hacía décadas, al menos de manera simultánea, no llegaba a estos predios.
De acuerdo con el directivo, la nueva dotación —se espera una similar en el transcurso de 2014— permitirá acelerar el proceso de rehabilitación de la amplia red de riego y drenaje de Sur del Jíbaro (unos 2 800 kilómetros de canales) y muy en particular de la infraestructura vial, que según estadísticas de la propia entidad rebasa los 1 000 kilómetros de caminos y terraplenes.
Además de impactar de manera positiva en la calidad de los trabajos de mejoramiento de las obras hidráulicas y, por ende, en la elevación de los rendimientos agrícolas, la entrada en acción de los nuevos equipos también redundará en un uso más racional del agua, un asunto en el que Sur del Jíbaro ha venido ajustándose a lo normado en los últimos tiempos.
Con antelación, fuerzas de la arrocera espirituana habían reanudado la limpieza de canales, la reparación de obras de fábrica y la sustitución de hidromecanismos en las compuertas, todo lo cual ayudó a poner coto al derroche de agua en la producción del cereal, sin embargo las carencias del equipamiento idóneo para afrontar las labores, obviamente limitaba el ritmo y la calidad de dichos trabajos.
Especialistas del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) aseguran que solo las labores de sustitución de compuertas llevadas a cabo en el Canal Magistral Zaza, de 45 kilómetros de longitud, representan un ahorro anual de alrededor de 16 millones de metros cúbicos de agua, que equivalen a la capacidad de una pequeña presa.
La tecnología adquirida en Sur del Jíbaro es parte de un proyecto inversionista mayor, ascendente a 14 millones de pesos, la mitad de ellos en divisa, el cual privilegia tanto la adquisición de modernos medios como la reparación de infraestructura, todo a favor de la estrategia nacional de garantizar en frontera el arroz que demanda el país.
El pasado año la entidad espirituana, mayor productora de Cuba en ese lapso, consiguió un aporte total de 125 000 toneladas de arroz húmedo —57 400 toneladas del producto listo para el consumo—, resultado que marcó un 29 % de crecimiento respecto al 2012 y representó una de las mayores campañas de toda su historia, saldo que los especialistas en buena medida atribuyen al respaldo financiero de los últimos tiempos.
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