Encima de las tablas y no sobre un tatami. Así comenzó la historia del judo en Sancti Spíritus, en fecha tan lejana como 1909, cuando el Teatro Principal descorrió sus cortinas a un espectáculo sin par.
El sensei (maestro japonés) Mitsuyo Maeda dejó atónito al público asistente tras mostrar las ventajas de un sistema de autodefensa y sin proponérselo plantaba la semilla de ese arte marcial en tierra del Yayabo.
Con ese “ippon” como gancho, Luis Ramón León Morales y Luis Leonardo León Vázquez intentan arrastrar a los lectores tras su libro Judo: apuntes para una historia espirituana: 1909-2000, único título deportivo que Ediciones Luminaria ha presentado en la vigesimotercera versión de la Feria del Libro.
Padre e hijo escarban entre archivos y colchones y nos traen de vuelta las historias escritas entre yukos y wazaris durante casi un siglo, con paro referencial en la década del 50, cuando el patio de Manuel Orizondo Bustamante se abrió a la primera sala de entrenamiento de la disciplina bajo el mando de Alcides González Álvarez.
Entre páginas, se nos descubren remembranzas de hombres y mujeres que marcaron hitos sobre el tatami como Leonelo Peralta Gutiérrez y Carlos Alonso Gómez. Los autores realizan una parada obligada en Roberto Pascual Victoria Jaramillo, leyenda del judo espirituano y quien desde su mítico colchón hizo parir la mejor generación de la disciplina con que haya contado Sancti Spíritus.
En el libro también se hurga en historias más recientes y cercanas entre ellas las del único equipo subcampeón nacional y semblanzas de atletas y profesores como Rafael Rodríguez Carbonell, nuestro primer medallista olímpico, Valentín Lizano, Ricardo Tuero, Ramón Fernández, Osmundo Marín, Roxana Vázquez… y tantos otros.
La posesión de tamañas categorías como cinturón negro, quinto dan de Luis y cinturón negro, segundo dan, del autor más joven, bastan para acuñar el crédito a este libro que pretende ser, y de hecho lo es, “un tributo a toda la práctica del judo en Sancti Spíritus y a las personas que iniciaron este camino, una asignatura pendiente del profesor Luis Ramón, una verdadera cátedra por todo cuando ha hecho desde la academia a favor de este deporte y un homenaje al aniversario 500 de la villa espirituana”, acota Luis Leonardo.
Mi más efusiva felicitación para ambos autores por su dedicación primero a la enseñanza de este arte marcial que tantas glorias a dado a nuestra añorada provincia y a la preparación del relevo de aquellos pioneros del Judo espirituano que hoy cumplen con una gran cuota de responsabilidad en el más alto centro de estudios del deporte en ese territorio,pero sobre todo por esa inmensa cuota de responsabilidad que han asumido al rescatar con una inigual exactitud la memoria histórica de este deporte y de la cual forman parte por sus méritos ambos autores.
Felicidades por el resultado que presnetan
luisito a ti nadie te conocio como atleta, ademas no profundisaste a la hora de mencionar atletas, se te olvidaron muchos que han hecho mas historia que tu, son mucho los judocas de esta provincia que si fueron competidores y los olvidastes, de que judo vas a hablar, seras a caso redactor, que olvida detalles y no profundisas, como periodista pudieras tener algunos puntos, como arbitro pudiera ser que observando aprendieras, o por tu padre que si fue buen judoca, buen profesor en su tiempo y estudioso de la materia, pero tu, te invito a que reflecciones antes de escrivir y nombres a guerreros que prestigiaron los diferentes campeonatos del territorio, incluyendo algunos que si hicieron historia competitiva y no han tenido la oportunidad siquiera que le regalen como a ti el cinturon negro, porque tu no pasas por ninguna competicion, la lengua, la tinta y la teoria sola no merecen cinturones negros otros que no mencionastes te superan ampliamente y los olvidastes sera que no has tenido ese sentimiento de competidor, porque te falto y falta esa experiencia, otros cinturones negros que no son promovidos como tu, saben lo que es una competencia y no aparecemn en tu libro, es una lastima, tannto bombo y platillos para un libro que carese de profundidad en historia.
existe toda una contelacion de atletas pasados por la eide lino salabarria con medallas sin mencionar, profecionales de otras carreras sin mencionar, personas que no solo se dedicaron al deporte y lograron prestigiar el arte como un esuerzo extra incluso cinturones negros y los olvidastes, creo que fuiste injusto y superficial.
lo mas triste es que llevas un orgullo con tu libro como si fueras el descubridor de algo que muchos conocemos, tu libro no es el verdadero judo espirituano, es una anecdota tuya, lastima que se vea como algo absoluto y que es muy relativo y particular, solo los amigos no faltaron y muchos que como tu no saben lo que es sudar un Kimono en una competencia, sin resultados ni si quiera municipal y con mas de un Dan regalado porque sin historia competitiva que ejemplo se puede dar a quien, son mmas de uno que aparecen en tu libro con estas caracteristicas