Los miembros de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) celebran su día este 17 de noviembre
A 75 años, el suceso aún provoca escalofríos: las tropas nazis clausurando por la fuerza centros de educación superior en Praga, Checoslovaquia, y enviando a los jóvenes al campo de concentración Sachsenhausen- Oraníeburg para someterlos a las más impensables torturas, en un intento de erradicar la sed de justicia por las barbaries de Adolfo Hitler. Aquel fatídico día murieron nueve estudiantes quienes, sin saberlo, se convirtieron en paradigma de lucha contra la injusticia, a favor de la paz y el derecho a la soberanía, para las noveles generaciones de todo el orbe.
Tal capítulo de la historia emerge cada 17 de noviembre en varios países como recordación al día que marcó la consolidación definitiva de los movimientos juveniles, convirtiéndolos en un frente único, marcado por la voz de progreso.
Por estos lares, sin embargo, el paisaje es otro y se advierte un mar de batas blancas, de uniformes azules y carmelitas; a universidades con las puertas abiertas, formando a los futuros profesionales, cubanos por adopción, de países hermanos, conquistando escaños en certámenes internacionales para demostrar que la educación no entiende de subdesarrollo o bloqueos financieros.
Por eso esta mañana se advertía en los más de 100 000 jóvenes espirituanos pertenecientes a la FEEM y la FEU una mirada distinta al caminar a sus aulas; esa que identifica este día como una jornada de fiesta, acaso por saberse afortunados respecto a otros quienes, lejos de celebrar, el alba los convoca a marchar para pronunciarse en contra de recortes educacionales, de la explotación, procurando que sus demandas sean atendidas…
Matutinos especiales, ofrendas florales al pie de Mella y Martí, música en las aulas, sonrisas y compromiso matizan este 17 de noviembre en la villa del Yayabo, reflejo del sentir de una isla convencida de que tiene en las canteras juveniles la continuidad de sus ideales.
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