La hora del juicio final (+fotos)

En el primer trimestre de 1959 fueron juzgados en toda Cuba cientos de militares, policías y chivatos responsables de incontables crímenes y atropellos contra el pueblo. Las primeras revistas Bohemia publicadas después del batistato fueron como una represa que destroza su cortina y las aguas bajan en avalancha revelando verdades

Primer número de Bohemia en enero de 1959 que inauguró la trilogía bautizada como Edición de la Libertad.  (fotocopia de Bohemia)En el primer trimestre de 1959 fueron juzgados en toda Cuba cientos de militares, policías y chivatos responsables de incontables crímenes y atropellos contra el pueblo.

Las primeras revistas Bohemia publicadas después del batistato fueron como una represa que destroza su cortina y las aguas bajan en avalancha revelando verdades terribles con la descripción de cuadros dantescos de torturas y asesinatos, de familias destrozadas, de viudas y huérfanos por doquier.

Pero hubo otro aspecto muy vinculado al anterior que sentó pautas y que en la Cuba de hace 55 años resultó una unidad dialéctica, como el título de la famosa obra del novelista ruso Fiodor Dovstoieski: Crimen y castigo, porque aquellas ediciones del prestigioso semanario recogieron también aspectos de los juicios sumarísimos seguidos en Cuba a los criminales de guerra y la aplicación de la máxima pena a muchos de ellos.

El justo escarmiento a los responsables de la muerte de más de 20 000 compatriotas en los siete angustiosos años de la dictadura de Fulgencio Batista fue una de las promesas de la Revolución cubana desde los días de la lucha contra los cuerpos represivos del régimen, acostumbrados a torturar y asesinar a sus prisioneros.

Miles de servidores de la tiranía derrocada fueron encarcelados y acusados de crímenes horrendos.LA REVOLUCIÓN CUMPLE SU PALABRA

Así, ya en las primeras jornadas de la Revolución triunfante, en enero de 1959, las nuevas autoridades se vieron de pronto ante el dilema ineludible de decidir en breve plazo una solución justa y expedita al problema que representaban miles de servidores de la tiranía derrocada encarcelados, acusados de crímenes horrendos.

De ahí que, en acatamiento de esas premisas y de acuerdo con las leyes de guerra aplicadas por el Ejército Rebelde a lo largo de la lucha insurreccional, se iniciaron los Juicios Revolucionarios ejemplarizantes a aquellos culpables de asesinatos y atropellos de todo tipo contra la ciudadanía.

Comparecieron entonces ante los jueces individuos cuyas hojas criminales parecían salidas de un retablo del horror. A un capitán como Jesús Sosa Blanco se le instruyeron cargos por su responsabilidad en 108 asesinatos, cifra emulada por un simple agente policial de Bauta, en la provincia de La Habana: Orlando E. Vigoa, con participación en otros tantos crímenes. Pero Sosa era el plusmarquista ya que llegó a ultimar de una sola vez a nueve miembros de una misma familia, los Argote, en el Oro de Guisa.

Ejemplos de este tipo los había por centenares, pero en la memoria colectiva figuraban con ribetes de horror, la masacre cometida por el ejército con participantes del asalto al cuartel Moncada, donde fueron asesinados cerca de 70 de aquellos jóvenes; las 23 víctimas de las Pascuas Sangrientas en la zona de Holguín, el exterminio a que fueron sometidos numerosos expedicionarios del yate Granma y, poco después, a inicios de 1957, la horrible muerte de los del Corinthya.

Bohemía reflejó en sus páginas la prueba fehaciente de los crímenes cometidos por la dictadura batistiana.¿Y qué decir de las atrocidades de que hicieron gala los llamados Tigres de Masferrer, sobre todo en la antigua provincia de Oriente? Se calcula que ese cuerpo de paramilitares fundado por el político, periodista, mafioso y aventurero Rolando Masferrer es responsable de más de 2 000 asesinatos y que el ciudadano que caía en sus garras resultaba por regla general torturado y muerto.

En una de aquellas Bohemia aparecía el hijo pequeño de uno de esos monstruos jugando con la calavera de una de las víctimas de su padre, quien tenía su taller del crimen —y al parecer su cementerio particular— en una sección de su amplia residencia. No en balde las víctimas del grupo casi nunca aparecían.

VEREDICTO FINAL

No ocurrió en Cuba con los crímenes de lesa humanidad como acaecería después en países hermanos de América, donde las leyes de Punto Final y similares propendieron a la impunidad y justificación de asesinos y torturadores. Si algo hubiese que lamentar en nuestro caso fue que los principales responsables de aquella tóndola sangrienta escaparan en su mayor parte a la acción de la justicia.

Esos fueron los casos del dictador Batista, los Tabernilla, Leopoldo Pérez Coujil, Manuel Ugalde Carrillo, Lutgardo Martín Pérez, Pilar García y su hijo Irenaldo García Báez, Esteban Ventura Novo, Conrado Carratalá Ugalde, Rolando Masferrer y José María Salas Cañizares, conocido por Massacre y asesino de Frank País y de tantos otros jóvenes revolucionarios santiagueros.

El juicio al capitán Jesús Sosa Blanco en la Ciudad Deportiva hizo historia por su espectacularidad.No fue casualidad que en muchas de esas bestias con forma humana descansase después en buena medida la urdimbre de las primeras conspiraciones contra Cuba, empezando por la de La Rosa Blanca, y que la combinación CIA-Masferrer aparezca como cardinal responsable del sabotaje que provocó la explosión del vapor francés La Coubre el 4 de marzo de1960 en la rada habanera, con balance total de cerca de 100 víctimas. Eso también lo reflejó Bohemia.

Un hecho curioso es que en la llamada Operación 40, concebida junto con la invasión mercenaria de Playa Girón en abril de 1961, figurasen no pocos de esos individuos, cuya misión específica era localizar y asesinar a los principales dirigentes cubanos. Por fortuna ninguno de esos planes logró el objetivo estratégico de destruir la Revolución, y unos y otros, los viejos y los nuevos criminales, ya fueron condenados por la historia.

Nota. Escambray agradece a la Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena por su aporte para la realización de este trabajo.

Pastor Guzmán

Texto de Pastor Guzmán
Fundador del periódico Escambray. Máster en Estudios Sociales. Especializado en temas históricos e internacionales.

5 comentarios

  1. Fabian Soris Angeri

    Importante el acceso a esoa documentos, sobre todo la nueva generacion que no vivieron esos espisodios orribles de la dictadura y que hoy pocos se acuerdan de eso y solo escuchan los cantos de sirena del imperio, la mafia de cubanos en miami y la gusanera mal pagada en Cuba. La nueva geneacion tiene que concer eso para despues utilizar su derecho de opinar.

  2. Fabian Soris Angeri

    Importante que todos tengan acceso a esos documentos, sobre todo la nueva generacion que no vivieron esos orribles episodios de la dictadura que causo tantas muertes y dolor al pueblo de Cuba, que hoy pocos se acuerdan de esas cruerdades y solo vivem escuchando los cantos de sirena del imperio, la mafia cubana en miamy y la gusanera mal pagada en Cuba. La nueva generacion tiene que saber primero para despues utilizar su derecho de opinar.

  3. Lei todas esas revistas que se encontraban en una sala especial dentro de la biblioteca Ruben M Villena,a la que solo podia accederse con un permiso,el que consegui por mi caracter de profesor pero tenia que decir que hacia un trabajo de investigacion.Todavia es asi o ya todos pueden acceder a ellas como debiera ser?….Espero que dentro de la eliminacion de swewcretismos innecesarion esten los la apertura de los archivos para que asi cada uno se haga su propio juicio de la historia y no esperar a que otro se lo haga

    • Ortelio Ventura

      Yo era un niño cuándo leí todas ésas bohemias, mí mamá era ferviente admiradora de Fidel y los combatientes del Moncada,a finales de 1958 mí mamá junta con una vecina escuchaba radio rebelde a escondidas,pues aún no sé había acabado la guerra
      En mi casa se compraban todas las ediciones de bohemia,incluso leí él folletín de la historia me adsolvera,era un librito pequeño

  4. Manuel Rodríguez Rendón

    ¿ y las fotos donde están?

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