Los presidentes de Ecuador y de Bolivia expresaron su determinación de respaldar al nuevo mandatario de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, y cualquier esfuerzo integrador en la región.
«Hoy se vive una fiesta para Costa Rica y toda la patria grande de América Latina», afirmó Rafael Correa, en alusión a la investidura del representante del Partido Acción Ciudadana (PAC, centro izquierda), en momentos en que este país preside la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Correa, cuyo gobierno firmó el 21 de abril un convenio de delimitación marítima con Costa Rica con el cual completó la fijación de fronteras con todos sus vecinos, declaró a la prensa que apoyará cualquier proyecto en beneficio de la construcción de la patria grande.
«Un abrazo fraternal y un espíritu de servicio en lo que podamos ayudar al presidente Luis Guillermo Solís Rivera. Queremos seguir construyendo nuestra patria grande latinoamericana», declaró.
Por su parte, Evo Morales desplegó una amplia agenda de reuniones con sus pares del continente Correa, Juan Orlando Hernández (Honduras) y Otto Pérez Molina (Guatemala) y con el presidente electo de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén.
Con este último acordó relanzar y fortalecer las relaciones bilaterales, mientras que el centroamericano prometió asistir a la Cumbre del Grupo 77 más China (G77+China), que tendrá lugar el 14 y 15 de junio en la oriental ciudad boliviana de Santa Cruz.
Morales igual conversó en esta jornada con el líder del Frente Amplio de Costa Rica, excandidato presidencial José María Villalta, quien garantizó que su organización política de izquierda tiene presencia nacional en este país y mantendrá su alianza para apoyar al gobierno del PAC.
Los dignatarios de Ecuador y Bolivia pudieron reunirse con Solís antes de la ceremonia de traspaso de poderes, celebrada este jueves en el Estadio Nacional.
El profesor universitario devenido mandatario de este país también dedicó un momento a dialogar, a solas, con Sánchez Cerén.
Costa Rica ocupa desde enero de 2014 la presidencia temporal de la Celac, mecanismo de diálogo y concertación política que incluye a 33 países de este hemisferio y con respecto al cual Solís prometió manejar el tema con espíritu de pluralismo, mucho respecto y adhesión a sus principios y valores.
Nuevo presidente de Costa Rica promete gobierno transparente
El nuevo presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, prometió hacer un gobierno transparente que desde hoy se compromete a rendir cuentas de todos sus actos de forma puntual, precisa y oportuna.
Tras recibir la banda presidencial de la gobernante saliente, Laura Chinchilla, dijo que «la corrupción está consumiendo nuestra democracia y está minando las finanzas públicas (y) el nuevo Gobierno la combatirá sin desmayo».
Llegó la hora de acabar la impunidad, la irresponsabilidad y la arbitrariedad de quienes, desde el sector público, la practican, enfatizó el politólogo e historiador, y aseguró que el pueblo podrá juzgar los actos de su equipo y contribuir con eso a mejorar su gestión.
«Para ese propósito cuenta con recursos tecnológicos, cuya utilización generalizada será una prioridad en mi administración», afirmó, en su discurso inaugural en el capitalino Estadio Nacional.
Para el profesor universitario, «no hay razón para que los ciudadanos no puedan usar esos instrumentos, que tanto pueden ayudar a la toma de decisiones y a promover la eficiencia del aparato estatal».
Solís manifestó su deseo de que el Gobierno, empezando por su despacho, funcione como una gran vitrina de cristal a través de la cual el ciudadano pueda escrutar el desempeño de sus administradores.
«Más aún, el reto que asumimos es convertir esas herramientas, que han estado disponibles hace mucho y constituyen junto con el ciberespacio una especie de ágora moderna, en oportunidades para facilitar y mejorar la gobernabilidad democrática», expresó.
Según el candidato del Partido Acción Ciudadana, esa será la base para implementar un sistema de gobierno basado en novedosas formas de participación y fiscalización ciudadana del manejo de los fondos públicos.
Solís prometió, además, contribuir de forma creativa y permanente a superar las contradicciones que frenan el desarrollo de Costa Rica, cuya economía sustentable, capaz de generar crecimiento, sigue atada a un modelo que alienta la concentración de la riqueza en manos de unos pocos.
Igual instó a dejar atrás la falta de voluntad para negociar de buena fe, colocando el interés común por encima de los particulares.
Llamó a enrumbar la nación por caminos de paz, sin resentimientos partidarios, que pudieran derivarse del recuerdo de «las malas prácticas realizadas en el pasado por debajo de la mesa».
Manifestó su confianza en que existe voluntad para superar todos los obstáculos y revertir el estado de cosas en Costa Rica, algo que, a su juicio, exige un diálogo fecundo, total transparencia y argumentaciones fundadas en informaciones objetivas y claras.
«Pero ese diálogo, incluso bajo las mejores circunstancias, no dará resultado si quienes lo emprendan no están dispuestos y dispuestas a transigir y a mirar el futuro con una mirada trascendente», advirtió.
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