Cuba, Brasil y Argentina sobresalieron esta semana entre los países que demandaron ante foros de Naciones Unidas un mundo libre de la amenaza de las armas de exterminio masivo.
La isla caribeña presentó un plan con 10 acciones concretas destinadas al desarme nuclear, para su consideración el año próximo durante la Conferencia de Revisión del cumplimiento del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP).
En la Tercera Reunión del Comité Preparatorio del foro de 2015, encuentro que concluyó la víspera tras dos semanas de sesiones, La Habana propuso el comienzo de negociaciones, inmediatamente después de la Conferencia de Revisión, para avanzar hacia un convenio vinculante, en un marco de tiempo específico.
El acuerdo incluiría la prohibición de la posesión, la producción, la compra, la prueba, el almacenamiento y la transferencia de los letales artefactos, así como la erradicación del uso o la amenaza del uso de los medios atómicos de exterminio masivo.
La Mayor de las Antillas instó a que todos los países poseedores de armas nucleares se comprometan de manera legalmente vinculante, incondicional e irrevocable ante los 189 estados partes del TNP a no utilizar sus arsenales.
También pidió un inmediato e incondicional cese de los ensayos nucleares y el cierre de los lugares dedicados a los mismos, del empleo de nuevas tecnologías para mejorar los artefactos disponibles y de las investigaciones y proyectos encaminados a modernizarlos, todo esto de forma irreversible y verificable.
Pese a las propuestas cubanas y de otras naciones, la Tercera Reunión del Comité Preparatorio concluyó sin un documento de consenso para la Conferencia de Revisión de 2015, a partir de la falta de voluntad política de algunas potencias.
Ante esta situación, el coordinador del Comité, el embajador peruano Enrique Román-Morey, afirmó a la prensa que en su capacidad de líder del foro emitirá y circulará un grupo de recomendaciones, derivadas de las diversas iniciativas lanzadas durante las dos semanas de consultas.
Cuba además intervino el miércoles en un debate abierto del Consejo de Seguridad de la ONU, donde condenó las manipulaciones y el doble rasero que caracterizan las posturas de potencias bélicas en temas de desarme y no proliferación de armas de exterminio masivo.
«Este enfoque privilegia las medidas contra la proliferación horizontal y hace caso omiso a la proliferación vertical, o sea, el mejoramiento cualitativo del armamento nuclear por parte de los estados poseedores de esas armas. También ignora el objetivo de la eliminación total de las armas de exterminio en masa», advirtió el embajador Rodolfo Reyes.
La isla defendió en el encuentro el multilateralismo y la no discriminación como único modo eficaz para poner fin al peligro generado por los letales medios.
En el propio evento, Brasil y Argentina abogaron por la total erradicación de las armas de exterminio masivo, cuya existencia consideraron un grave peligro para la humanidad.
«La no proliferación de las armas de exterminio masivo es importante, pero es una visión limitada, lo que hace falta es eliminarlas», señaló el representante permanente brasileño ante Naciones Unidas, Antonio de Aguiar Patriota.
Para el diplomático, urge la adopción de medidas concretas para el desarme efectivo de los estados poseedores de esos medios químicos, biológicos y nucleares.
Mientras existan los mortales artefactos, habrá países y actores no gubernamentales -entre ellos los terroristas- interesados en obtenerlos, alertó.
Por su parte, la embajadora de Argentina ante la ONU, María Cristina Perceval, reiteró que la propia existencia en el planeta de medios de exterminio en masa constituye un riesgo, sin importar quién sea su poseedor.
La representante de Buenos Aires destacó en el Consejo de Seguridad los esfuerzos significativos para la no proliferación de esas armas, como la protección física, el control de las exportaciones y el enfrentamiento al tráfico ilícito de tecnologías de uso dual.
Sin embargo, llamó la atención sobre el alcance limitado de esas acciones a nivel global, mientras sigan existiendo arsenales de artefactos de destrucción masiva.
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