La primera mujer barrendera de Cuba disfruta ahora del cariño de sus hijas y nietos en Zaza del Medio, el mismo pueblo que ayudó a limpiar durante 27 años.
A la orilla de sus ocho décadas, Tina parece un cristal; el tiempo todo se mece en sus gestos y en su voz que cimbra con los recuerdos. Hace un cuarto de siglo, su historia me llevó a Zaza del Medio: Escambray declaraba a Faustina González González como la primera mujer barrendera de Cuba, luego de conversar con ella en un banco del parque de ese pueblo parrandero.
Hoy Tina vive mimada por sus hijas y nietos en el mismo pueblo en el que estuvo 27 años barriendo calles.
Los años me desdibujaron el rostro que vivía bajo aquel sombrero de alas despampanantes —captado entonces por la cámara de Amengual—; pero no su palabra criolla, que traía de vuelta cada minuto a sus siete hijos, seis hembras y un varón. Hasta hoy, Tina, la primera madre que protagonizó uno de mis relatos de periodista novato, nunca había figurado en ninguno de los currículos, esa especie de cuéntame tu vida que uno elabora ante tanta burocracia inmóvil.
—Mami, ¿qué te hago de almuerzo?, le pregunta Misleidys como si no supiera la respuesta.
—Harina con leche, mi’ja, le aclara Tina, quien se siente mimada como la reina Isabel II.
Sin que medie pacto escrito alguno —porque la ternura desoye los decretos—, sus cinco hijas que viven en Zaza se alternan cada mes para darle cobija durante el día en sus respectivas casas; pero antes del anochecer ella retorna a la suya para acomodar su cuerpo y los retazos de vivencias nacidos en Arroyo Hondo, Placetas.
¿Usted les dio mucha guerra a sus padres?
“¡Qué va! Mi papá me compró una yegüita y a los 16 años me iba con él a ayudarlo a cortar caña porque estaba enfermo de los pulmones. Sembré de todo: boniato, frijoles, yuca… Cuando mis padres murieron, una hermana me trajo pa’ aquí”, comenta rodeada de la familia.
Al aumentar su prole, se hizo al oficio de barrendera ante un mar de prejuicios, incluso de las propias hijas. “Mami, ¿tú estás loca?”, le advertían. “Malo es robar”, replicaba ella. Corría 1967.
“Mireya, ten cuidado con el fogón; acaba de preparar el desayuno a las niñas”, alertaba a la hija mayor, y salía a la calle con el escobillón y aquel carrito, cuyos chirridos se oían a siete leguas a la redonda. Ni el frío ni la madrugada la detenían; “a las ocho de la mañana mis calles parecían un plato”, rememora.
Después de la medianoche, cuando había movilizaciones para la caña en la mañana, Belkys, una de las hijas, la acompañaba a adelantar la limpieza Martí arriba, Martí abajo. “Mami nunca se sintió menos que nadie por ser barrendera”, subraya.
Tina no buscó honores; mas, la recompensa llegó. Prendidas en un file y guardadas como reliquia de familia, mil y una medallas, tres de estas de Vanguardia Nacional del Sindicato de la Administración Pública, que le obsequió, además, un viaje a la antigua URSS en 1987.
¿Cómo se quedaron sus hijas aquí?
“Preocupadas, igual que yo, por el avión; pero me tomé una pastilla y me quedé serenita, serenita”.
He recalado en Zaza del Medio en busca de Tina, quien ejerció 27 años como barrendera contra todos los vientos y mareas. Nadie recuerda la última vez que ella se sentó en el parque del pueblo, donde logré arrancarle algunas confesiones a la primera madre que llevé a una línea periodística. Ahora, sentada en el portal de su casa, aguarda por el tren de siempre que quizás le anuncie un domingo diferente.
Felicitaciones, Tina, en verdad, una mujer extraordinaria, q mantuvo siempre nuestro pueblo, limpio y bello, yo era vecina de ella y de sus hijas,la verdad te admiramos Tina
Muchas felicitaciones, Tina, una mujer ejemplar, q cumplió siempre con su trabajo de barrendera, por tantos años, mantuvo nuestro pueblo, muy limpio y bello, una mujer extraordinaria, yo era vecina de ella y de sus hijas, la verdad la admiro mucho..
una mujer intachable , trabajadora en sus tiempos laborales y eso que su trabajo era arduo pues tenia qiue madrugar para que las calles de nuestro pueblo estuviera limpio , en todas las tareas que le asigno la revolución siempre dio un paso al frente o sea no hay palabras para expresar como era y sigue siendo , como madre fue ejemplar muchas felicidades para tina y las compañeras de la `prensa escambray que hizo esa entrevista tan maravillosa un beso a todos
Recuerdo a tina muy gratamente, siempre me llamaba la atención cuando era niña, verla por toda Zaza,(mi pueblo querido) de Barrendera (verdad lo del ruido del carrito)….De veras me encanto poder recordar esa parte de mi infancia y de que le hayan hecho ese reconocimiento,ella se lo merece…Un abrazo para ella y para sus hijas….
Felicidadee mi aburlita tina desde españa,quiere o que sepas que estoy muy orgullosa de y siempre lo he estado una mujer tan trabajdora que siempre lucho tanto atendiendo alas calles a sus hijas que eran pequeñas solo tenia una que ya era grande,y aun asi nunca tenia una hija mal arreglada ni ella estuvo mal arreglada,te amo mi abuelita te extraño mucho mujer valiente no mereces estar joy en esa silla de ruedas pero asi es el destino,estoy muy orgullosa de ti aunk hoy este lejos no ahi un fia que no te piense que no te llore ojala diosito te siga cuidadando para volver a berte algun dia que dera printo si dios quiere te amoooo mi vida
Felicitaciones a Tina y a sus hijas por tener como madre a tan extrordinaria mujer.Tambien barri calles durante algun tiempo y se lo duro que es el trabajo y lo necesario.agradezco al periodista por dedicarle un espacio a una de mis colegas,porque aunque vivo en otro pais, siento como colegas a todos los que en el mundo nos dedicamos a mantener las ciudades limpias e higienicas.Nosotros,»Los leones» como peyorativamente nos llaman en Cuba,hacemos un trabajo imprecindible sin el cual ninguna ciudad en el mundo funcionaria..Felicidades a todas las madres y trabajadores de la higiene publica.
Excelente trabajo.Aprovecho este espacio para trasmitir una Felicitación a todas las madres que laboran en este medio de prensa.Un beso grande a todas.