Menos agua en embalses espirituanos

El almacenamiento en los embalses de la provincia exhibe a esta altura del calendario lluvioso un comportamiento desfavorable.

Si consideramos que los 522 millones de metros cúbicos de agua retenidos en las presas hasta el 27 de agosto representan el 41 por ciento de la capacidad de llenado y 347 millones menos que en igual etapa del año anterior.

Tal panorama guarda relación directa con el régimen de precipitaciones de los últimos meses, porque desde el punto de vista estadístico las lluvias ocurridas entre mayo y el 26 de agosto equivalen al 85 por ciento de la media histórica de esa etapa —rango que roza el calificativo de normal—; sin embargo, apenas produjeron escurrimientos y de ahí el bajo volumen de los acuatorios, a lo cual contribuyen también las altas temperaturas.

Betsy Arteaga Betancourt, especialista de la Subdirección Técnica de Recursos Hidráulicos en Sancti Spíritus, informó a Escambray que de forma integral las presas insertadas al abasto poblacional

—Tuinucú, Siguaney y Lebrije— presentan el mejor nivel de llenado y brindan garantía para el suministro del líquido; en tanto la Zaza almacenaba hasta el 27 de agosto alrededor de 400 millones de metros cúbicos de agua, el 39 por ciento de su capacidad, pero con el agravante de retener unos 300 millones menos que en igual fecha del pasado año.

Una mirada a las precipitaciones deja ver que a partir de junio se arrastra un déficit de lluvias, pues ese mes cerró con una lámina de 192 milímetros —el 85 por ciento de la media histórica—, comportamiento que lo clasifica como el cuarto menos lluvioso de los últimos 10 años; mientras julio acumuló 116 milímetros, el tercero más seco en igual período, y agosto —hasta el día 26— reportaba el 70 por ciento de la lluvia promedio del mes.

La especialista de Recursos Hidráulicos subraya, además, que se reportan afectadas tres fuentes subterráneas de abasto a la población, mientras en sentido general las cuencas subterráneas continúan disminuyendo sus niveles y el bloque de la cuenca Trinidad tiene restricciones en la explotación al situarse su nivel en zona desfavorable, lo que ha motivado una reducción de los horarios de bombeo en ese territorio.