Nadadora espirituana puede ser la reina de los Juegos Escolares

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Un paso atrás en los Juegos Escolares

Melisa Maura Morejón Moreira alcanzó ocho medallas de oro en la edición 50 de los Juegos Escolares Nacionales.

Todos los miedos que sintió Melisa Maura Morejón Moreira hace cuatro años, cuando se lanzó al agua por primera vez, los dejó allí mismo en la piscina espirituana Marcelo Salado.

La manera de vencerlos la encontró a fuerza de brazadas, disciplina, voluntad, fuerza, técnica y resistencia, al decir de su entrenador Iván Reyes. Como recompensa conquistó las aguas de los Juegos Escolares Nacionales con ocho medallas, todas las posibles, para arrastrar a la natación local hasta el segundo puesto con 56 preseas.

Ahora, en el reposo de su hogar en La Rotonda espirituana, lo dice con una tranquilidad que asombra, tanto como su diálogo fluido, locuaz o su estatura que parece heredar los casi 2 metros de su papá y deja malparados sus 12 años recién cumplidos.

“Tuve mucho miedo al principio, fue muy difícil porque no sabía nadar, después me fui adaptando con los entrenadores, aunque pasé muchos sustos, cuando me tiraba me iba para abajo”, sostiene.

Antes de escribir la proeza de estos Juegos, ya Melissa había enseñado las uñas en dos ediciones anteriores en las que obtuvo oro y plata en el 2012 y dos de plata y tres de bronce en el 2013.

“Desde el pasado año me dijeron que podía ser una atleta de alto rendimiento, pero no me fue tan bien; sin embargo, ahora me sentía más confiada, sin miedo a nada, los profesores me dijeron: ‘Tú puedes mejorar todas tus marcas’, y así fue, logré relajarme, concentrarme mucho”.

“Hicimos una preparación muy fuerte, entrenábamos por la mañana, por la tarde, después de las clases hacíamos 4 o 5 kilómetros, al final este ressultado fue una gloria para el equipo, la provincia, la EIDE, mis entrenadores, mi mamá, mi padrastro, mi hermanita. Esto es lo más grande que me ha pasado en la vida”.

Desde que se convirtió en noticia al ser la primera campeona de los juegos con su oro en los 50 metros y récord personal  de 32.75 segundos, Melissa se adueñó de la alberca. Lo mismo de pecho que de espalda o de mariposa dejó atónitos a rivales y entendidos.

“Cuando gané  la primera medalla el profesor Iván me abrazó y me dijo: ‘Ya tienes tus seis oro garantizados’, pero no pensé en las ocho. El 200 libre y el 200 combinado fueron los que más me apretaron, pasé un sustico, porque cuando iba por los 150 metros iba pegada con la otra, pero en los últimos 50 me despegué y me mandé. En mi categoría de 11 años hay dos cienfuegueras muy buenas, pero  ellas son las que tienen que asustarse conmigo.

“Sobre los estilos, todos tienes que entrenarlos fuerte; a mí me gusta el mariposa, a pesar de que es muy complejo”.

Antes de llegar a estos juegos, Melisa midió su fuerza entre grandes cuando asistió a la Copa Marcelo Salado, donde obtuvo cuatro medallas de bronce.

“Fue muy bueno, ahí competí con una categoría mayor y no tenía pena, pero sí estaba más asustada, aunque me esforcé y supe que podía lograr algo bueno en los escolares”.

Más relajada y tostada por las marcas del sol, juguetea en casa con su hermanita Lía Mariam y busca sacarle el quilo a sus vacaciones para entrar con nuevos bríos a su séptimo grado  para seguir los pasos de Hanser García y dar muchos triunfos a Cuba.

“Cogí más de 85 puntos en todas las pruebas, estudié mucho, los profesores están siempre encima de nosotros, pero si no es así, no triunfamos, ahora voy a gozar el verano”.