Sostiene Sebastián Conde Pérez, un cuentapropista espirituano delegado al XX Congreso de la CTC.
El hablar pausado y bajo apunta a la posibilidad de encontrar a un hombre incapaz de ganar seguidores en su sector.
Con criterios firmes, Sebastián conde Pérez defiende a camisa quitada criterios lógicos vertidos detrás de cada tarima de la candonga, y ni siquiera intenta dorar la píldora cuando habla de la necesidad de que los afiliados vean a la CTC como una organización capaz de velar por sus derechos y conducirlos en sus aspiraciones.
Él es uno de los trabajadores por cuenta propia que asisten al XX Congreso de la organización, como delegado por la provincia de Sancti Spíritus.
“La sindicalización no ha sido un proceso fácil ya que uno de los principios es la voluntariedad, además de afiliarse por sectores. Sin embargo, para nosotros fue una necesidad objetiva, y una pretensión, no solo por un anhelo de independencia o el poder contar con seguridad para desarrollar el trabajo, sino que también nos sentíamos en el deber de insertarnos en la sociedad”, sostiene.
Sin levantar el tono, tal vez por la vieja secuela de una afección en las cuerdas vocales que lo obligó a dejar el magisterio y adentrarse en el difícil oficio de fabricar zapatos, este Licenciado en Física desanda todo un recorrido como trabajador por cuenta propia que empezó cuando de forma improvisada surgió la primera candonga en la calle Raimundo.
“La nuestra fue la primera sección sindical de cuentapropistas que se creó en el país. Arrancamos con compañeros que ejercían actividades afines a la Industria Ligera, entre ellos talabarteros y zapateros, después comenzaron a afiliarse todo tipo de artesanos”.
Conocedor de leyes, de estrategias actuales que incluyen el trabajo por cuenta propia como un elemento importante en la actualización del modelo económico cubano, Sebastián es del criterio de que por muchas razones varios cuentapropistas se sienten a merced de incomprensiones y ciertos prejuicios.
“Es importante eliminar los estigmas y rasgos discriminatorios hacia esta forma de empleo que todavía existen en la conciencia de personas comunes y de funcionarios.
“Por otra parte, no todo el mundo está consciente de la necesidad de desarrollar el trabajo por cuenta propia como se debe. En algunos casos ha existido cierto rechazo a brindarles atención sindical, además de que todavía las personas no nos ven como trabajadores comunes con los mismos derechos y deberes”.
Aun con interrogantes en la agenda y consciente de que algunos de sus compañeros todavía contemplan con escepticismo su afiliación a un sindicato organizado, Sebastián no deja de admitir que integrarse fue un gran paso y “la manera de no sentirme desatendido laboral y legalmente. La CTC nos representa, defiende nuestros intereses y hemos encontrado un espacio de diálogo donde se nos escucha”.
Como dirigente sindical ¿cuáles son las expectativas ante un congreso que se realiza en medio de transformaciones importantes para la vida de los cubanos?
“Con la acción y cooperación de los organismos hemos logrado modificar 21 aspectos del trabajo por cuenta propia entre ellos la aprobación de un ayudante, la maternidad para las mujeres, la extensión del número de actividades e incluso estamos contemplados en el Código de Trabajo. Esperamos que el resto de las cuestiones se deriven de este congreso ya que se mantiene la esperanza de contar con un mercado que nos abastezca de materia prima y de esa forma suprimir las actividades que promueven violaciones de lo legislado”.
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