La ciudad de Ferguson es sacudida desde el sábado por violentos enfrentamientos después que un policía blanco mató a tiros a un joven negro.
El presidente estadounidense, Barack Obama, llamó este jueves a «la paz y la calma en las calles» de Ferguson, Missouri, sacudida desde el sábado por violentos enfrentamientos después que un policía blanco mató a tiros a un joven negro.
Obama advirtió que «no hay excusa» para la fuerza policial excesiva, en referencia a las manifestaciones registradas en ese suburbio de St. Louis, capital del estado, poco después del homicidio de Michael Brown, de 18 años.
«Ahora es el tiempo para la paz y la calma en las calles de Ferguson. Ahora es el momento de un proceso abierto y transparente para asegurarse de que se haga justicia», expresó el gobernante.
La pequeña ciudad vivió el miércoles su quinta noche de protestas por el asesinato de Brown, un hecho que reavivó aquí el sensible debate sobre el racismo.
El mandatario habló un día después que una decena de personas, incluyendo dos reporteros(de The Huffington Post y The Washington Post), fueron arrestados por la policía local, que ya enfrenta acusaciones por el uso de fuerza excesiva, el disparo de bombas de humo y gases lacrimógenos contra los manifestantes.
Las fuerzas policiales, que aún no han identificado al homicida, han sido objeto de intensas críticas por su manejo de la situación.
El presidente dijo que había ordenado al fiscal general, Eric Holder, «hacer lo que sea necesario para ayudar a determinar exactamente lo que sucedió, y para que se haga justicia».
La División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia y la Oficina Federal de Investigación están involucradas en las pesquisas sobre el caso Brown.
Los comentarios de Obama fueron sus primeras palabras públicas sobre lo acontecido en Ferguson.
Según la versión preliminar, el muchacho recibió varios tiros tras forcejear con un oficial de la policía.
Sin embargo, testigos presenciales aseguran que Brown iba desarmado y que se encontraba con los brazos en alto cuando le dispararon.
Este caso recuerda la animosidad racial que rodeó el asesinato de un balazo del también joven afroamericano Trayvon Martin, de 17 años, en el sureño estado de Florida en 2012.
El homicida de Martin, George Zimerman, un exvigilante voluntario, fue absuelto de culpas en julio de 2013. Martin como Brown, iba desarmado.
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