El presidente estadounidense, Barack Obama, reiteró este martes su llamado a lograr de una reforma migratoria integral durante 2014, una promesa que arrastra desde su primer mandato.
En un discurso sobre el Estado de la Unión centrado en la economía, el gobernante dijo ante ambas cámaras del Congreso que este será un año de acción.
Obama utilizó este tema para urgir a los legisladores a aprobar la reforma migratoria ya porque «si nos tomamos en serio nuestro crecimiento económico, es el momento de arreglar nuestro sistema de inmigración roto».
También incluyó en su arenga anual otra de sus promesas incumplidas: el cierre se la cárcel de Estados Unidos en la base naval de Guantánamo, que ocupa parte del territorio en el este de Cuba.
El presidente auguró que 2014 puede ser el año en que el Capitolio quite las últimas restricciones para el traslado de los que aún permanecen confinados en ese centro de detención, ubicado en una porción de territorio ocupado a la isla caribeña hace más de un siglo.
Obama busca levantar ánimos
El presidente Barack Obama, trató de transmitir optimismo al país durante el esperado discurso anual sobre el Estado de la Unión.
En una agenda marcada por algunos reveses legislativos en 2013 que van desde el propio control de las armas de fuego hasta la extensión de los subsidios por desempleo, pasando por los traspiés de la reforma de salud, Obama insistió en que continuará trabajando con o sin el Congreso.
Ante los integrantes de ambas cámaras del Capitolio, el presidente dijo que seguirá en su empeño por parar las tragedias derivadas por la violencia de las armas, la cual «arrebata la vida de personas cada día».
Previo, al comienzo de su alocución, por primera vez subtitulada en español por el portal de la Casa Blanca, Obama urgió a «hacer mejor las cosas en Washington».
En su arenga anual, el mandatario elogió el acuerdo bipartidista logrado a fines de 2013 sobre el presupuesto tras lo apuros del cierre parcial del gobierno por 16 días en octubre pasado a causa de desacuerdos en ese mismo punto.
Mientras, dio la noticia, para subir los ánimos en un año de elecciones de medio término, de que pondrá en vigor una iniciativa para conectar con la mejor tecnología más avanzada a 20 millones de estudiantes de 15 mil escuelas de todo el país.
Así como la reducción del desempleo a los niveles más bajos en cinco años y el aumento de la producción energética.
Sin embargo, Obama admitió que la dura y cruda realidad es que aún demasiados «estadounidenses trabajan más que nunca para salir adelante y aún demasiados estadounidenses no trabajan».
Al mismo tiempo, «los salarios promedio apenas se han movido, la desigualdad se ha profundizado y la movilidad ascendente se ha estancado», subrayó.
El 22 de enero se publicó un nuevo sondeo el cual reveló cómo el índice de aprobación del presidente se esfuma al caer a su nivel más bajo desde el año pasado.
De acuerdo con el tanteo, publicado por la Universidad Quinnipiac, Obama logró solo una satisfacción del 40 por ciento de los entrevistados, mientras que 54 por ciento expresaron su desaprobación.
Una encuesta del diario The Washington Post y la cadena televisiva ABC News indicó por su parte que 55 por ciento de los ciudadanos deplora su manejo de la economía.
Según un recuento de la CNN, sus antecesores, William Clinton (demócrata) y George W. Bush (republicano) emitieron 238 y 197 órdenes ejecutivas en sus respectivos mandatos.
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