Altos funcionarios de Naciones Unidaas demandaron compromiso con políticas que garanticen el acceso universal al agua y la energía.
«Ambos son imprescindibles para erradicar la pobreza, y las interacciones entre ellos pueden facilitar o dificultar nuestros esfuerzos por construir sociedades estables y garantizar una vida digna para todos», afirmó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un mensaje a propósito del Día Mundial del Agua.
La celebración declarada por la Asamblea General en diciembre de 1992 se dedica este año a los vínculos entre el agua y la energía.
Según Ban, urgen esfuerzos para evitar que fenómenos como el cambio climático obstaculicen el acceso universal a los preciados recursos, a partir del incremento de la carencia y el estrés hídrico en muchas regiones del planeta.
«Necesitamos estrategias innovadoras y políticas coherentes e integradas. Tanto el uso del agua como la generación y la distribución de electricidad deben ser equitativos y eficientes para que todos los usuarios reciban la parte que en justicia les corresponde, afirmó.
Por su parte, el presidente de la Asamblea General, John Ashe, convocó a la comunidad internacional a colocar la preservación del agua entre las prioridades de la agenda post-2015 de desarrollo sostenible, la cual sustituirá el año próximo los Objetivos del Milenio.
Datos de la ONU reflejan que más de 760 millones de personas carecen de agua potable, pese al cumplimiento de la meta del milenio relacionada con ese recurso y su declaración por la Asamblea General como un derecho humano.
La inmensa mayoría de los seres humanos afectados son pobres y viven en zonas rurales o tugurios urbanos.
De acuerdo con Unicef, la falta del preciado líquido provoca que cientos de miles de niños enfermen o mueran.
Cada niño, rico o pobre, tiene derecho a sobrevivir, a la salud, a un futuro, sentenció la directora de la agencia para temas de agua, Sanjay Wijesekera.
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