El pronunciamiento del bloque integracionista de 33 países representa un signo auspicioso para el avance de un orden internacional.
La declaración de la Celac de América Latina y el Caribe para establecer una Zona de Paz constituye un ejemplo para el mundo entero, afirmó este lunes el experto de Naciones Unidas Alfred de Zayas.
En una nota de prensa circulada en Naciones Unidas, el encargado de promover un orden internacional democrático y equitativo destacó que esa decisión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en su reciente II Cumbre -celebrada en La Habana-, refleja compromiso y aborda aspectos clave de la coexistencia pacífica.
«Esta nueva declaración que enfatiza el desarme universal, incluso del comercio de armas convencionales, es un claro ejemplo para el mundo entero,» dijo el experto independiente designado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
De Zayas aseguró que el pronunciamiento del bloque integracionista de 33 países representa un signo auspicioso para el avance de un orden internacional, que puede y debe ser más democrático y equitativo, basado en los principios de la soberanía y de la solidaridad, consagrados en la Carta de Naciones Unidas.
La Celac declaró a la región una Zona de Paz el pasado 29 de enero, en una proclama leída por el mandatario cubano, Raúl Castro, en la segunda y última jornada de su II Cumbre, donde la isla entregó la presidencia pro témpore de la organización a Costa Rica.
Para el funcionario, «su efecto será aún mayor que el establecimiento hace 45 años de Latinoamérica y el Caribe como zona libre de armas nucleares, con el Tratado de Tlatelolco».
Se trata de un paso fundado en el anhelo legítimo de todos los pueblos de preservar y consolidar la paz mediante la promoción de relaciones amistosas entre los Estados y el compromiso de todos los países de la ONU de resolver cualquier controversia por medios pacíficos, afirmó.
El experto resaltó que con su decisión, el bloque creado en diciembre de 2011fija una postura que excluye el uso de la fuerza y de los medios no legítimos de defensa, entre ellos las armas de destrucción masiva.
«Esto implica trabajar y negociar para lograr un desarme nuclear completo y una marcada reducción de las armas convencionales y de su comercio», expuso.
De acuerdo con de Zayas, el establecimiento de zonas de paz y de cooperación en diversas regiones del planeta conlleva el compromiso de los gobiernos con una reducción significativa de los presupuestos y los gastos militares.
Tal escenario permite una reorientación de los recursos dedicados a cuestiones militares, hacia la búsqueda de la paz, la conservación del medio ambiente, la lucha contra el analfabetismo, la promoción de la educación y la investigación científica y médica, así como el logro de los Objetivos del Milenio, subrayó.
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