Rusia invocó este sábado el derecho de los pueblos a la autodeterminación para impedir que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara una resolución de Estados Unidos destinada a declarar ilegal el referendo de mañana en Crimea.
Respaldamos la integridad territorial de los estados, pero los principios de la Carta de Naciones Unidas no pueden verse aislados, ni al margen del contexto político y de la historia, sobre todo cuando resulta imposible coexistir dentro de un mismo territorio, argumentó en el foro el representante permanente ruso, Vitaly Churkin.
El diplomático recordó que la decisión soberana de las autoridades de Crimea ocurre en un escenario marcado por los recientes sucesos en Ucrania, donde disturbios llevaron al derrocamiento, el mes pasado, del presidente electo, Víktor Yanukóvich, y a la designación de un gobierno rechazado por algunos sectores locales y Moscú, y respaldado por occidente.
La consulta prevista para este domingo en la sureña república autónoma bañada por el Mar Negro decidirá si sus habitantes optan por la unificación a Rusia o el restablecimiento de la Constitución de 1992, que refrenda el estatus de autonomía como parte de Ucrania.
Churkin reiteró que su país respetará la voluntad popular, basada en el apego a la igualdad soberana y la autodeterminación.
No podemos renunciar a esos principios de la Carta, dijo el embajador, quien precisó que la comunidad internacional ha conocido con anterioridad varios referendos en otras naciones, sin el consentimiento de autoridades centrales.
El nuevo gobierno de Ucrania -considerado por Rusia y las autoridades de Crimea fruto de un golpe de Estado- declaró ilegal la consulta, la misma postura asumida por Washington y la Unión Europea, la cual trataron de convertir en una resolución del Consejo de Seguridad.
En la séptima reunión del Consejo en 15 días para tratar la crisis, el representante de Moscú expuso además que Crimea fue parte de Rusia hasta 1954, cuando «fue donada a Ucrania».
Desde entonces, en varias ocasiones allí se han realizado pronunciamientos y pasos a favor de la autodeterminación y la independencia, expuso.
Estados Unidos, Francia y Reino Unido criticaron la decisión de Rusia, a la que acusaron de «tratar de anexarse a Crimea».
Por otra parte, diplomáticos occidentales desestimaron los señalamientos de las autoridades de la república autónoma, de que sienten ese territorio amenazado por los mismos sectores violentos que propiciaron la usurpación del poder en Kiev.
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