El escritor y poeta Pedro de Jesús presenta Imagen y libertad vigiladas. Ejercicios de retórica sobre Severo Sarduy. Otra vez vuelve sobre el tema, en esta ocasión, 15 años después de su primera investigación
Como una contribución decisiva a la crítica cubana puede considerarse el título Imagen y libertad vigiladas. Ejercicios de retórica sobre Severo Sarduy, ensayo del escritor y poeta Pedro de Jesús López (Fomento 1970), galardonado con el Premio Carpentier 2014, recientemente presentado en La Habana.
Colocando como figura central a uno de los más importantes autores de las letras hispanoamericanas del pasado siglo, y a sabiendas del silencio en que permanece inmersa su obra, poco estudiada, además; Pedro de Jesús —también ganador del Carpentier de cuento en el 2006— fijó su interés en el tema hace unos 15 años, cuando aún no se había graduado como filólogo en la Universidad de La Habana.
“Mi tesis como licenciado en Letras fue sobre Severo Sarduy (Camagüey, 1937-París, 1993), específicamente sobre la relación entre las artes plásticas y la literatura de este autor, pero con un aspecto académico, con la metodología propia de esos trabajos académicos y la aridez de ese tipo de texto”.
— Pero te siguió tentando la investigación…
—Pasaron los años, y dejé eso guardado; comencé a escribir mi obra narrativa, pero era algo que tenía pendiente, y me decidí a escribirlo habiendo pasado ya más de 15 años. Con más lectura, más experiencia como escritor, con más libros leídos sobre Sarduy trataba de mantenerme en contacto con esa bibliografía.
— ¿La investigación mantuvo el estilo de entonces?
—Lo concebí como un texto de ficción, hay parte de ficción y parte de ensayo. Fue escrito desde cero, en tres meses, después de despertar aquella primera inclinación. Por eso se ha dicho que fue escrito con sosiego. Me dije “voy a escribir esto que tengo en mi cabeza hace tantos años”, y desde una óptica que nadie ha escrito, es decir desde la relación entre su obra plástica y su literatura.
— La prosa consigue rescatar la esencia de Sarduy con un lenguaje pleno de acrobacias…
—Sí, son ejercicios de retórica que lo colocan a él en el centro. El libro es un juego con las categorías críticas del análisis literario. En la actualidad se emplean muchos términos, y a veces los críticos saturan los textos con esas denominaciones y apenas las usan orgánicamente para realzar la obra. Hay como una burla, una especie de ironía contra el propio aparato crítico que se usa en el texto para analizar la obra de Sarduy y por eso es la acrobacia.
—¿Por qué se ha dicho que el texto pone el dedo en la llaga?
—El libro es un ejercicio de estilo fuerte, una especie de amor odio, de aproximación. El dedo en la llaga tal vez por centrar tan agudamente la visualidad en el universo narrativo sarduyano, todo dicho en un lenguaje imaginístico, para conseguir un análisis semiótico, y eso nunca había sido detalladamente estudiado.
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