La inestabilidad en el funcionamiento de algunas piscinas en Sancti Spíritus no es nada nuevo y en ocasiones se esgrimen justificaciones que dejan margen a la duda.
La incertidumbre ronda buena parte de las piscinas espirituanas durante el verano. Primero, por la falta de cloro que retrasó la entrada en servicio de un grupo de estas, y segundo, por las demoras en el llenado, al depender del agua que les pueda suministrar la Empresa de Acueducto y Alcantarillado en cada territorio.
Amén del llamado gubernamental para que salieran del bache en que estaban sumidas —subutilizadas desde hacía tiempo—, las piscinas del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder) en la provincia, que a su vez son las de mayor demanda en el período vacacional por tener horarios y precios asequibles para la población, son las más afectadas sin que se vislumbre solución definitiva a los problemas presentados.
Un recorrido por algunas de estas instalaciones reveló que el verano acuático no solo despertó tarde, sino que acabará antes de que se cierren las cortinas de la etapa estival, pues no cuentan con las cantidades necesarias de cloro para mantener los niveles de pH y otros parámetros que garantizan la calidad del agua para esos fines.
No obstante, en todas existe una variada y estable oferta gastronómica y actividades recreativas que protagonizan los técnicos del Inder.
Miguel Ángel Ramírez, administrador de la piscina Marcelo Salado, de Sancti Spíritus, explica a Escambray: “Comenzamos el 18 de julio, después de haber permanecido cerrados desde el 31 de agosto del 2013, principalmente por falta de cloro. Hasta el momento no tenemos la cantidad suficiente del producto para garantizar los 200 litros que demanda a diario esta instalación, por lo que debemos funcionar solo hasta el 16 de este mes.
“Lamentablemente —refiere Miguel— durante más de 11 meses tampoco aseguramos aquí la formación de atletas, quienes tuvieron que asistir a las instalaciones de la EIDE Provincial para recibir su preparación, ni prestamos servicios de recreación los fines de semana, que nos aportan ingresos al centro; en ese tiempo nos dedicamos a beneficiar las áreas desde el punto de vista constructivo, aunque restan trabajos por realizar”.
Por su parte, la piscina de Yaguajay fue la única que abrió en el inicio del verano; sin embargo, el cloro disponible alcanzó solo para el mes de julio; hoy está cerrada y con pronósticos reservados, mientras que la radicada en áreas del Club Campestre de Cabaiguán, que comenzó el 20 de julio, ya prescindió de las actividades recreativas, también por la misma causa.
A juicio de Heriberto Moreno Donate, director del Inder en la provincia, la entrada de la sustancia química se comporta de forma inestable y aunque desde el nivel central se aporta algún tipo de ayuda al territorio o se buscan alternativas con un producto granulado, las cantidades en existencia no cubren la demanda de todas las instalaciones del sector para permanecer abiertas los días que restan de verano.
Un panorama diferente identifica a las piscinas subordinadas a otros organismos en el territorio; por ejemplo, en el Hotel de Azcuba aseguran que desde junio no han dejado de prestar servicio.
“Nos preparamos cada año para la llegada del verano —dice Gregorio Morales, el administrador—, porque creamos nuestras reservas de cloro y exigimos a los salvavidas y cuadros del centro por que se cumplan las medidas higiénico-sanitarias en el área de baño, como el enjuague en las duchas antes de entrar al agua o el no excedernos del número de personas en la piscina”.
Tampoco en la del motel Sancti Spíritus, subordinado a la Empresa Provincial de Alojamiento, se vislumbran dificultades, pues según Osmany Rodríguez Pardillo, su director, allí existe cloro suficiente.
Escambray pudo constatar en cada sitio visitado que sistemáticamente se realizan inspecciones por parte del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología con el fin de verificar la calidad del agua.
La inestabilidad en el funcionamiento de algunas piscinas en la provincia, en lo fundamental durante el verano, no es nada nuevo y en ocasiones se esgrimen justificaciones que dejan margen a la duda. ¿Por qué unos tienen cloro y otros no? ¿Hay que esperar todo un año para decir que falta el producto? ¿Qué otra opción les queda entonces a los espirituanos en medio de este sofocante calor? Al parecer el chapuzón del 2014 no anda por buenas aguas.
Esta historia del cloro la estoy oyendo desde que era niño y las otroras piscinas privadas de ía Remington y el deportivo, pasaron a ser publicas por lo que pude acceder a ellas. Al parecer, las cosas no cambia, en las piscinas o en la cúpula del INDER..