Los creadores cubanos necesitan un mercado del arte donde promoverse y comercializar su obra, a tono con la actualización económica que vive este país.
Tal reivindicación fue ratificada este sábado en el VIII congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), que dedicó una sesión a la cuestión de arte, mercado e industrias culturales.
Los delegados reclamaron licencias comerciales y un marco legal para vender su obra en moneda dura fuera de Cuba, necesidad lastrada por trabas burocráticas e instituciones contraproducentes.
La idea es acceder a un mercado del arte selectivo y que logre una jerarquización de los artistas, para promover los mejores talentos, en lugar de mediocres con acceso a los medios.
El músico Wilfredo «Pachy» Naranjo puso a su orquesta, Original de Manzanillo, como modelo de autogestión en tiempos en que Cuba discute posibles vías no estatales de producción artística.
Sin embargo, al barítono Ulises Aquino le preocupa que en Cuba el mercado sea visto como una mera tarima, y lamentó que aún perduren mecanismos que frenen al emprendedor, como la evaluación artística.
«¿Cuál es el rol de las instituciones y cuál el papel de la nueva empresa en las nuevas fórmulas de asociación económica?», cuestionó Aquino, fundador y director del proyecto ûpera de la Calle. Aquino reclamó un mayor reconocimiento estatal a la libertad de gestión de quienes tienen un compromiso ético con la sociedad.
El poeta Edel Morales cuestionó el criterio de que la literatura sufra una situación depauperada, como planteó el académico Guillermo Rodríguez Rivera, y propuso soluciones como las ediciones de autor.
La remuneración y los impuestos excesivos también preocupan a los artistas participantes, aunque más inquietante les resulta toda la banalidad y pseudo-cultura cuyo consumo se ha incrementado.
Al respecto, los delgados aprobaron un dictamen que, entre otras propuestas, busca perfeccionar el pago de derechos de autor, así como la revisión de tarifas obsoletas y políticas tributarias.
Con la máxima de que «la cultura es lo primero que hay que salvar» esta cita reúne a 320 delegados, que abogan por el rescate de lo mejor de la idiosincrasia y la espiritualidad cubana.
La Uneac fue fundada el 22 de agosto de 1961 con el objetivo de preservar el proyecto de justicia social e independencia nacional, y cuenta actualmente con más de nueve mil miembros.
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