Proyecto nacional de neuro-rehabilitación integral a pacientes con esclerosis múltiple acumula una década de experiencias en Sancti Spíritus
Aunque habitualmente se vale de una muleta para caminar y de vez en cuando la asaltan los temblores en los músculos y esa sensación inconfundible de fragilidad, Juana María García está convencida de que su vida es otra desde aquel día del 2004 que decidió probar suerte en el Hospital Provincial de Rehabilitación Doctor Faustino Pérez Hernández, de Sancti Spíritus.
La institución médica, única de su tipo fuera de la capital cubana, acoge justamente desde entonces el Proyecto nacional de neuro-rehabilitación integral a pacientes con esclerosis múltiple, una enfermedad para la que todavía no existe una cura definitiva, pero que de acuerdo con los expertos a cargo del programa, sí puede ser aliviada con los tratamientos consensuados.
Definido por la literatura médica como autoinmunitario, con afectaciones severas para el cerebro y el sistema nervioso central, el padecimiento es provocado por daños a la llamada vaina de la mielina —cubierta protectora que rodea las neuronas—, los cuales retardan la transmisión rápida y eficiente de los impulsos y provocan no pocos trastornos en el funcionamiento normal del organismo.
Según la literatura especializada, la ciencia todavía hoy se debate en definir si su origen es viral, genético o por ambas causas, aunque concuerda en que situaciones de estrés pueden exacerbar su comportamiento, tal y como le ocurre a Juana María desde que hace más de una década le fuera diagnosticado este mal que ella define como silencioso y cruel.
Considerada la primera causa de discapacidad neurológica en adultos jóvenes, la esclerosis múltiple puede manifestarse de maneras muy diversas, aunque sus síntomas más recurrentes resultan la pérdida de fuerza muscular, la incontinencia urinaria, irregularidades en el equilibrio, la concentración y la memoria, así como alternaciones sensitivas, visuales y vesicales.
UNA CASA EN LAS AFUERAS
“No tenemos la solución, pero ayudamos a elevar la calidad de vida del paciente”, advierte desde su consulta la MsC Sara María Díaz Díaz, especialista en Medicina General Integral y Medicina Física y Rehabilitación, y coordinara del proyecto que el hospital espirituano desarrolla en estrecha relación con el Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren), radicado en La Habana.
Cientos de pacientes de todas las provincias del país y el municipio especial Isla de La Juventud pudieran atestiguar la validez de la experiencia, que desde hace rato trascendió los límites del Faustino Pérez, una casona-sanatorio ubicada a un costado de la carretera de Sancti Spíritus a Zaza del Medio, a la que progresivamente le han ido naciendo agregados imprescindibles para los diferentes tratamientos que se practican.
Un equipo multidisciplinario integrado por especialistas en Medicina Física y Rehabilitación, Psicología, Neurología, Logopedia, Fisioterapia, Terapia Ocupacional y Enfermería, entre otros, conforman el grupo que se encarga de evaluar y tratar a los enfermos previamente diagnosticados con esclerosis múltiple.
“Aquí lo más importante es lograr una atención individualizada a cada paciente, que comienza al levantarse a las seis de mañana y termina al acostarse a las diez de la noche”, asegura la doctora Sara María, una convencida de la utilidad del proyecto para enfrentar síntomas invalidantes de la enfermedad como los problemas con la marcha, el deficiente agarre de los objetos, las limitaciones cognitivas y emocionales y, en general, la falta de independencia en la vida diaria.
POR SI APARECE LA RECAÍDA
Con vistas a individualizar el diagnóstico, los enfermos se someten a rigurosos exámenes y, posteriormente, en dependencia del grado de afectación provocado por la dolencia, se definen las estrategias, las acciones de tratamiento y la rehabilitación integral, que para los grupos nuevos dura seis semanas y para los reingresos, sólo cuatro.
En esa última categoría clasifica Laidelí Castro, una tunera de 39 años que intenta recuperar la fuerza muscular en su pierna derecha y que con el tiempo y el favor del proyecto ha aprendido a realizar por sí sola los ejercicios en casa, pero más que ello, a convivir con el padecimiento.
De acuerdo con la doctora Sara María, las mediciones evaluativas que se practican a inicio y final del tratamiento e investigaciones realizadas en el territorio han demostrado con significación estadística que la inmensa mayoría de los pacientes mejora considerablemente su estado físico y psicológico, un resultado que los beneficiados atribuyen, sobre todo, a la pasión con que los rehabilitadores ejercen el arte de sanar.
felicitacion para ese colectivo laboral