Rusia denunció este viernes ante el Consejo de Seguridad de la ONU que el apoyo de EE.UU. y la Unión Europea a la represión militar en el sureste ucraniano bloquea cualquier salida a la crisis.
«Occidente corta los caminos a la solución pacífica, al respaldar a las autoridades de Kiev en su violenta arremetida contra las protestas», advirtió el embajador de Moscú ante Naciones Unidas, Vitaly Churkin, en el órgano de 15 miembros, que celebró una nueva reunión de emergencia por el conflicto.
El diplomático alertó por las catastróficas consecuencias que pudiera provocar la continuidad de la «criminal aventura» en regiones como Donetsk, Lugansk y Járkov.
Manifestaciones de sectores populares, sobre todo rusoparlantes, defienden el federalismo en el sureste del convulso país, donde resisten la ofensiva militar ordenada por el gobierno interino, que tomó el poder luego del derrocamiento en febrero pasado del presidente electo, Víktor Yanukóvich.
Las medidas punitivas de las nuevas autoridades contra las protestas constituyen una flagrante violación del acuerdo del 17 de abril en Ginebra, afirmó Churkin en referencia al pacto alcanzado durante el encuentro cuatripartito (Ucrania, Rusia, Estados Unidos y la UE) para atenuar la crisis.
Según el Embajador, la represión demuestra la poca voluntad de resolver la situación.
«El régimen de Kiev, estimulado por sus patrocinadores occidentales, utiliza de forma masiva la fuerza, destruyendo cualquier posibilidad de aplicar lo acordado en Ginebra», señaló el diplomático, quien denunció la presencia de personas que hablan inglés entre los represores.
En ese sentido, reiteró la llamada de Moscú a evitar la injerencia extranjera en el conflicto.
Por su parte, representantes de Estados Unidos y la UE insistieron en sus acusaciones a Rusia por su supuesta influencia en las milicias populares que reclaman el federalismo.
El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, intervino en la reunión de emergencia para expresar las preocupaciones de la Organización ante la escalada de la violencia en el sureste ucraniano.
Feltman viajará la próxima semana a Kiev y Moscú para mediar en la crisis.
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