La Cancillería rusa expresó sorpresa este sábado por la afirmación del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en un discurso, de que se realizó un referendo sobre Kosovo para justificar la independencia de ese territorio respecto a Serbia.
Un comunicado publicado en la Web del Ministerio de Asuntos Exteriores precisa que el 26 de marzo al justificar en Bruselas la independencia de la región de Kosovo y Metojia, Serbia según Rusia, Obama mencionó un referéndum, «acordado con la ONU y los países vecinos».
La información sorprende, advierte la diplomacia del Kremlin, «ya que no hubo ningún plebiscito sobre la independencia de Kosovo y menos aún, acordado con la comunidad internacional».
El texto recuerda que la decisión de separarse de Serbia se tomó por el «llamado Parlamento» de Prístina en 2008.
Moscú considera que decisiones tan importantes deben tomarse en referendo tal y como ocurrió en Crimea y Sebastópol, concluye el comunicado en relación al ejercicio comicial realizado el 16 de marzo en que el 96,77 por ciento de los votantes se pronunciaron por la separación de Ucrania y la reunificación con Rusia.
Durante la jornada de hoy, el presidente ruso, Vladimir Putin, llamó la atención a su par estadounidense, Barack Obama, sobre el persistente radicalismo impune en Ucrania y los actos de terror de extremistas contra la población y estructuras gubernamentales.
En un intercambio de opiniones sobre la crisis ucraniana, Putin propuso a Obama examinar posibles pasos de la comunidad internacional para coadyuvar a una normalización de la situación en ese país, informó el servicio de prensa del Kremlin.
Los mandatarios acodaron que en breve plazo los titulares de Relaciones Exteriores evaluarán los parámetros específicos para esa labor concreta.
De otro lado, la Casa Blanca informó que el gobernante estadounidense se expresó a favor de la vía diplomática para resolver la crisis en Ucrania, pero se insistió en que solo sería posible si Rusia retiraba sus tropas y no afectaba la integridad territorial ucraniana.
A diferencia de Estados Unidos y la Unión Europea, Moscú desconoce a las autoridades golpistas de Kiev, y exige como premisa para una estabilidad interna que se cumplan los puntos del acuerdo suscrito por el defenestrado presidente Víktor Yanukóvich y líderes opositores el 21 de febrero último.
El intercambio telefónico ocurrió en medio de una atmósfera de confrontación verbal alrededor de Rusia por el acto de reunificación de Crimea y Sebastopol, que desencadenó la imposición de sanciones unilaterales de Occidente y el boicot a la presidencia rusa en el Grupo de los Ocho (G-8).
Serguei Lavrov, ministro ruso de Asuntos Exteriores, en tanto, refutó los argumentos de Occidente en busca de una demostración de supuesto aislamiento político de Rusia en la arena internacional por la cuestión de Crimea y la situación en Ucrania.
Los aliados occidentales han inventado el término de aislamiento para jactarse del garrote de las sanciones, partiendo de ambiciones nostálgicas e imperiales, afirmó Lavrov en comentarios al programa semanal del canal Vesti.
En su opinión, corren otros tiempos para esa política, no es necesario pensar en cómo aislar a los socios, sino de incluir a todos en un trabajo conjunto.
Resaltó el jefe de la diplomacia rusa al referirse a la reciente votación celebrada en la Asamblea General de la ONU sobre Ucrania, que cerca de 70 países no apoyaron la resolución.
Si contamos los ausentes, dijo, la cifra llega a 93, por lo que estamos prácticamente ante un empate, observó el canciller, en alusión a los 100 votos a favor del documento al que Moscú califica de antirruso.
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