Durante una década la detección y el tratamiento precoces de la retinopatía de la prematuridad han evitado que más de una veintena de niños espirituanos queden ciegos.
Desde el 2004 y hasta la fecha 24 niños de la provincia han sido salvados de la ceguera gracias al tratamiento con láser —recibido en el Centro Oftalmológico Provincial—, que les ha detenido el progreso de la retinopatía de la prematuridad en el grado 3, estadio precedente al desprendimiento de la retina y, por ende, a la pérdida de la visión.
“Afortunadamente, en Sancti Spíritus ninguno de estos niños a los que se les ha dado láser ha necesitado otro tratamiento, todos ven”, asegura la doctora Miriam Rodríguez Rodríguez, especialista de segundo grado en Oftalmología y jefa en la provincia del programa de retinopatía de la prematuridad.
La clave de tal éxito se sustenta en la detección precoz de dicha enfermedad, lo cual implica una pesquisa semanal a los niños ingresados en el servicio de Neonatología a causa de un nacimiento pretérmino —antes de las 32 semanas de gestación—, de un peso por debajo de los 1 700 gramos, de padecer hemorragias intraventriculares y distress respiratorio; por necesitar ventilaciones prolongadas; presentar un apgar bajo al nacer; factores de riesgo más frecuentes que los predisponen a ser aquejados por esta enfermedad.
Al decir de la doctora, esta vigilancia estricta conlleva a la realización de un fondo de ojo con pupila dilatada con un oftalmoscopio indirecto cada 15 días y en caso de presentar algún grado de retinopatía se sigue con más frecuencia. “En dependencia de la inmadurez que tenga la retina —acota Rodríguez Rodríguez— se les hace fondo de ojo hasta que cumplan las 40 semanas, tiempo óptimo con el que debieron nacer”.
No obstante, según la especialista, todos los niños que presentan retinopatía de la prematuridad, en cualquier grado, al cumplir los seis meses de vida son atendidos en la consulta de estimulación precoz para constatar si padecen algún defecto refractivo como secuela de la enfermedad y en caso de padecerlo se trata de corregir para que puedan llegar a la edad escolar con un desarrollo visual normal.
Sancti Spíritus es una de las provincias con mayor incidencia de esta patología en el país, de ahí que exhiba uno de los programas más consolidados de la isla para la detección precoz de los pacientes aquejados por esta enfermedad.
“Este es uno de los territorios que más casos reportan de acuerdo con nuestra densidad poblacional. En Cuba contamos con un servicio de Neonatología primermundista y Sancti Spíritus es ejemplo de ello. La provincia ha tenido una de las más bajas tasas de mortalidad infantil, lo que redunda en que se salvan muchos niños, entre ellos los pretérmino, los cuales son los más proclives a padecer la retinopatía de la prematuridad”, afirma Rodríguez Rodríguez.
El Centro Oftalmológico espirituano no solo ha salvado de la ceguera a niños del territorio, sino que también ha prestado servicios de tratamiento con láser de retina para pequeños aquejados de otros territorios como Ciego de Ávila.
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