Las proyecciones de Islazul pretenden afianzar al territorio en un ámbito cada vez más competitivo
Cerca de 2 millones de pesos en moneda total respaldaron el renacimiento de un espacio con gran aceptación entre el turismo nacional y extranjero. La nueva imagen de los 400 metros cuadrados de la piscina de Los Laureles incluye detalles escultóricos, de jardinería, y la calidad al ejecutar la obra resultó coherente con la aspiración de categorizar a ese hotel como de dos estrellas.
“Entre las obras que asumimos en el 2014, la de mayor impacto será la reapertura de esa área de baño y su entorno, tras una reparación capital”, subrayó Jorge Luis Franqueiro Carvajal, director general de la Empresa Islazul en el territorio.
La repercusión, según la propia fuente, responde a que la alberca, “aunque nunca tuvo una situación higiénica desfavorable, tampoco contaba con el equipamiento requerido y el gasto de productos para mantener la pureza del agua era cada vez mayor.
“Hoy ya tiene instalados los componentes técnicos de última generación; enchapamos y concluimos el vaso de la piscina para adultos y el ‘chapoteo’ para los pequeños, remozamos los alrededores y terminamos el bar con dos nuevas baterías de baño.
“Solo esperamos que el representante del italiano al que le compramos el equipamiento venga a hacer las pruebas pertinentes para reiniciar el servicio. Eso sí, pretendemos arrancar en la temporada alta que nos toca a la puerta desde este primero de noviembre”, confirmó.
Con el fin de reforzar el confort habitacional y consolidar a Sancti Spíritus como un producto turístico atrayente, Islazul emprendió proyectos durante el año en curso y prevé otros para afianzarse en un ámbito cada vez más competitivo:
“Para el 2015 tenemos aprobado poner un elevador-maletero en el hotel Don Florencio; la reparación capital de la cocina y el restaurante de Los Laureles, así como la reposición de la pizarra eléctrica y el ascensor de carga del Hotel Plaza. Dispondremos de casi un millón de pesos en moneda total para materializar las acciones planificadas, entre ellas, el aislamiento del manantial sobre el que se explota la piscina termal en la Villa San José del Lago, el arreglo total de la casa de la Bucanero, ubicada a la entrada de Rancho Hatuey, y la rehabilitación de la planta de residuales de este último”.
“Estaremos en constante reforma y en busca de nuevas estrategias de comercialización porque, si bien nuestro territorio ocupa un espacio diferente en el turismo cubano, nos falta organizarnos mejor. Debemos tener en cuenta todas las fortalezas que dejó el medio milenio de la ciudad; no solo al Mintur, sino desde la perspectiva histórica, cultural, arquitectónica… explotar todo eso en su conjunto es la mayor tarea que nos quedó tras el aniversario 500 de la villa”, concluyó Franqueiro.
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