Normas erradas de conducta laceran el entorno y la higiene comunal.
Todavía estaba en el aire el olor de la pintura y fresca la mezcla que fija los bancos del parque Serafín Sánchez cuando personas impacientes e irrespetuosas no lo pensaron dos veces para acomodarse en los recién instalados asientos, pese a de los requerimientos de las autoridades y de los propios constructores.
Hoy, a pesar de las inversiones a propósito del aniversario de la fundación de la ciudad y de todo el movimiento renovador y de cambio de imagen, a la villa del Espíritu Santo le aparecen manchas por donde quiera.
Las indisciplinas no son feudo exclusivo del Centro Histórico; lo mismo en solares yermos que en áreas verdes y demás espacios abiertos se arrojan desechos que muchas veces dan lugar a microvertederos, se rompen cestos o se tira agua hacia las calles inapropiadamente, una nociva práctica que no solo afea el entorno, sino que se convierte en una amenaza potencial para la salud humana, pues estos basureros devienen sitios apropiados para el surgimiento y propagación de vectores, en detrimento de la higiene comunal.
A propósito de las medidas que se toman ante la situación higiénico-sanitaria en la capital provincial y para que no se convierta la villa del Yayabo como diría un colega, en “la ciudad de los bestias”, Norma Martín, al frente de la Dirección de Inspección y Supervisión (DIS) en la provincia, dialoga con Escambray acerca de la necesidad de preservar la higiene, el enfrentamiento a las indisciplinas y la labor de los inspectores, entre otros asuntos.
“El esfuerzo que se ha hecho para mejorar el entorno no debe caer en saco roto, porque somos los propios espirituanos quienes lo maltratamos o incumplimos lo establecido en materia de disciplina social. Para evitar que eso suceda existen una serie de Decreto-Leyes, pero se está llamando a la conciencia ciudadana y a que las personas conozcan sus deberes.
¿Cuáles son las indisciplinas más frecuentes y cuán alta es la impunidad de quienes atentan contra el ornato público, la higiene comunal y los monumentos?
Hay una que está de moda. Si bien el ornato público no escapa a las agresiones de los indisciplinados, quienes, sin poner reparos en las consecuencias de su actuación, lo mismo pisan el césped que arrancan una flor o planta, se suben y dañan bancos, también han olvidado una disposición que los espirituanos conocen de toda la vida: solo los sábados de ocho de la mañana a ocho de la noche se puede derramar agua en calles y aceras, sobre todo en estos momentos, cuando el vertimiento del líquido es una de las causas de la proliferación de focos de vectores en el municipio cabecera.
El Artículo 18 del Decreto-Ley No. 272 estipula que contravienen las regulaciones de la Higiene Comunal quienes mantengan salideros de agua en su vivienda, instalaciones o locales bajo su responsabilidad, y se les aplicarán multas, además de la obligación de repararlos. También aclara que a los que infringen lo legislado porque ocasionan derramamientos de agua producto de limpieza, fuera de los días y horas establecidos, se les imponen 20 pesos.
¿Se da el caso que algún inspector aplique una cuantía desproporcionada en relación con la infracción, o que la misma sea improcedente? ¿No es mejor advertir si se trata de una primera vez?
Si eso está ocurriendo es por la mala actuación de algunos inspectores y podemos poner el ejemplo del agua. Si no se bota para la calle o las aceras y sí para el césped la contravención es improcedente. En el caso de la multa mal puesta el afectado debe reclamarla antes de las 72 horas, pero existe la limitante de que para demandarla primero tiene que pagarla. Por otro lado, aunque hemos alertado en muchas ocasiones sobre el asunto, se sigue botando agua y sacando la basura en horarios y días impropios. La población no coopera cuando se le convoca a limpiar los patios y hasta se resiste, de modo que si con el apercibimiento no responde, no queda más remedio que apelar a la multa.
De los 10 decretos que maneja la DIS, ¿cuáles son los más recurrentes?
Además del Decreto-Ley No. 272, que recoge las violaciones contra el ornato público y la higiene comunal y maltrato a la propiedad social, por lo cual se han aplicado 12 391 multas con un importe de 456 500 pesos, de manera muy frecuente se aplica el 227 sobre afectaciones a los consumidores del Comercio, la Gastronomía y los Servicios. No obstante, por estos días se ha insistido con los vertimientos de agua y ya suman más de 1 799 por un valor 40 725 pesos las aplicadas por ese concepto, aunque hay que aclarar que las mismas son de muy baja cuantía y no deben sobrepasar los 20 pesos. De manera general los 121 supervisores de la DIS, que aportan la mitad de las multas de la provincia (los restantes 33 organismos impositores agrupan más de 1 000 inspectores), han detectado 28 772 violaciones que importan 2 273 892 pesos.
Cuando existe un incremento en la imposición, como sucede ahora, hay quien tiene la percepción de que se trabaja por un plan de multas…
Los inspectores ni tienen plan de multas ni ganan por la cantidad que imponen. Al contrario, si el ciudadano reclama y lleva razón, se les descuentan 30 pesos de su salario, si se echa a perder un talón se les descuenta un peso, y si no se encuentra a la persona porque no anotaron bien los datos de identidad, la rebaja salarial es de 10 pesos. A pesar de los esfuerzos y medidas gubernamentales, las cifras y los hechos dicen que continúan las indisciplinas y la verdad es que no damos abasto, pues no disponemos de la plantilla completa de inspectores.
Asimismo falta concretar las causas y los responsables, corregir las fallas en el rigor de las inspecciones y también el llamado a la sensibilidad de algunos ciudadanos porque Sancti Spíritus, como el resto de las ciudades, merece ser cuidada.
por las aceras frente al parque mas o menos por el paraiso infantil, casi todos los dias echan agua , al igual q por detras del Hotel Plaza q ese pedacito esta bastante abandonado y tambien arrojan agua. por las mañanas
Es entristecedora la oscuridad que reina en las noches de nuestro parque Serafín Sánchez luego de haber quedado tan bello y haberse empleado la cantidad de recursos materiales y humanos en su restauración. No merecemos esa oscuridad, merecemos disfrutar de un parque alumbrado y que resplandezca como lo merece.
Ya ha pasado el 500 aniversario y parece ser que habrá que esperar otros 500 para que vuelvan a renacer la cultura del detalle. Nada mas hay que pasear de noche en el recién inagurado Parque Serafín para ver como algunas de las luces de las faroles ya no alumbran, incluyendo las de la glorieta, donde hay noches que no es encendida. El boulevard corre también con esa suerte de oscuridad en ocasiones.
Si los niños van de noche al Parque Infantil, mejor llevar linternas, pues la escacez de luminarias hace que ese lugar sea el ideal para un novela de Stephen KIng. Todo lo que no se hizo en esa fecha, no se sabe para cuando teminará.
¿adonde fueron a para los recorridos para chequear las obras y ultimar detalles? ya nadie ve nada.
Esperemos que todo lo hecho, como usted dice se cuide, pero también, esperemos que la obra y el espiritu de amor a la ciudad continue.
Vándalos y delincuentes están ganando la guerra y la inseguridad ciudadana empieza a resentirse Mi opinión es que la mano dura debiera dirigirse hacia ellos y no hacia quienes tienen punto de vista diferentes al oficial..