En septiembre inicia la nueva campaña de siembra bajo el esquema de potenciar las áreas más productivas y de mayor rendimiento.
Concentrar el grueso de la campaña de frijol en las áreas más productivas y de mayor rendimiento, con mejores suelos y probado arraigo en el cultivo, es la estrategia a seguir con vistas a que la provincia espirituana alcance en el año siguiente los niveles de granos previstos como parte del programa de sustitución de importaciones y para aportar a otros destinos.
Idel Gil Coca, subdelegado de Cultivos Varios en Sancti Spíritus, precisó a Escambray que para llegar a las 3 200 toneladas planificadas en el 2015 se necesita sembrar 2 909 hectáreas —a razón de obtener un rendimiento de1.1 toneladas por hectárea—; no obstante, se pretende plantar unas 300 más a fin de cubrir cualquier contingencia climática que pueda presentarse.
“Este año se aspira a dar los insumos del paquete tecnológico en dependencia del rendimiento y la producción contratada, interesa más ese resultado que abrir grandes extensiones de siembra; no importa que se le entregue tres veces el recurso a una misma área si eso se revierte en mayor rendimiento y cantidad de granos”, expresó.
Actualmente la campaña se encuentra en proceso de contratación a través de la Empresa de Acopio, fase que se prevé en el 2015 sea rectorada por la Empresa Valle del Caonao, que asumirá la actividad en toda la provincia.
La siembra está planificada para comenzar en la segunda quincena de septiembre y extenderse hasta diciembre; a la vez, se concibe repetir la plantación en áreas estatales de Batey Colorado y San Marcos, en Yaguajay, zonas que de conjunto aportaron este año unas 600 toneladas de granos, entre frijol y maíz.
Sancti Spíritus pone en remojo el frijol del 2015 y llega a la nueva contienda con el aval de haber entregado al Estado durante este año 3 445 toneladas, una cifra sin precedentes desde que inició el programa de sustitución de importaciones cuyo primer plan, a mediados de la década pasada, rondó las 200 toneladas.
De acuerdo con Gil Coca tal nivel de entrega de granos posibilitó cubrir la demanda de la canasta básica en el territorio y asumir envíos a las provincias de La Habana y Camagüey, como quiera que este renglón es balanceado nacionalmente.
Mayor precio de compra, organización, control y seguimiento a los polos productivos, así como un mejor comportamiento de los insumos figuran entre los resortes que respaldaron a los productores a la hora de encarar las dificultades y materializar los compromisos de entrega al Estado, asevera el directivo agrícola; sin embargo, la venta liberada del alimento en los mercados oficiales adolece no tanto ya de la presencia como de los altos precios de venta.
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