Este lunes se enfrenta la tradición ganadora de los vueltabajeros, con el ímpetu de los Cocodrilos, que buscan la corona luego de 20 años de sequía.
Estamos a un paso, a unas horas, de presenciar una batalla campal en la pelota cubana. Esta noche, en el estadio Victoria de Girón, comenzará la cruzada ancestral entre los dos mejores conjuntos del actual clásico beisbolero, conducidos, como no podía ser menos, por dos estrategas inteligentes que han demostrado su capacidad para motivar a los jugadores y llevarlos camino al triunfo.
Hablamos de Matanzas y Pinar del Río, de Víctor Mesa y Alfonso Urquiola, quienes sostendrán un particular desafío por la corona nacional, los primeros para culminar una sequía de dos décadas y los segundos en pos de confirmar que el título ganado en la Serie 50 no fue mera casualidad de esta generación.
¿Qué esperar del duelo? El cotejo particular en los últimos nueve años favorece a los vueltabajeros (34 sonrisas y 26 descalabros), aunque en buena parte de ese trayecto enfrentaron a novenas matanceras con pésimos dividendos. Desde la llegada de Víctor al mando, la historia se ha invertido y el compromiso marcha 14-10 favorable a sus discípulos, línea que se mantuvo en esta contienda, con cinco triunfos de los Cocodrilos por cuatro de los pinareños.
En total, los yumurinos anotaron 57 carreras, 38 de ellas en tres juegos, es decir, en los otros seis encuentros (55 entradas) pisaron 19 veces el plato, disminuidos por el pitcheo pativerde.
No obstante, en la postemporada se escriben nuevas historias, muchas veces con los protagonistas más inusuales, pero es válido reconocer que en dicha instancia los vueltabajeros suelen ser un plantel bien difícil de superar, al punto de que presentan el tercer mejor balance, solo por detrás de Industriales y Santiago de Cuba.
En una serie de estas características el pitcheo siempre constituye el eslabón determinante y la tropa de Urquiola cuenta con un mejor staff de abridores, apuntalado por cuatro hombres confiables que pueden salir del bullpen si el guion lo requiere.
De cualquier forma, la imponente ofensiva de los Cocodrilos no ha encontrado obstáculos y detenerla será una misión titánica. Igualmente, la defensa se perfila como otra de las claves de los matanceros para limitar la desconcertante velocidad en las bases de Roel Santos y Giorvis Duvergel.
Si me preguntan por un favorito, ni por un segundo dudo en otorgarle tal distinción a los Cocodrilos, a pesar de que sus rivales tienen mayor rodaje y experiencia competitiva en estas instancias, con 20 campeones nacionales. Sin embargo, tras la remontada de leyenda protagonizada por los tabaqueros de Urquiola queda la ventana abierta para un match de altas temperaturas.
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