¿Por dónde andan los acuerdos del VIII Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba?
A tenor con declaraciones de la vanguardia artística en Sancti Spíritus, la sinergia entre actores decisores para implementar los acuerdos del pasado congreso de la Uneac continúa ausente en esta provincia, a pesar de que han transcurrido más de dos meses desde el cónclave, realizado el pasado mes de abril en La Habana.
La alharaca se suscitó a propósito de la convocatoria nacional que lanzaron Abel Prieto y Miguel Barnet para analizar la respuesta a las preocupaciones de los intelectuales, con parte de responsabilidad en el diseño del sujeto cultural que protagonice las transformaciones de la sociedad cubana.
Marco Antonio Calderón Echemendía, presidente de la Uneac en Sancti Spíritus, declaró la necesidad de hacer conciencia contra la vulgarización y la falta de identidad en las nuevas generaciones.
Pese a ello, los artistas manifestaron la falta de interlocutores que propicien un intercambio saludable sobre el estado actual. “No puede existir una intención de crear un ambiente cultural si falta por ejemplo un sistema educativo adecuado. Hay indiferencia por parte de los que tienen las responsabilidades y por otro lado hay sujetos que no pueden asumirlas porque no poseen una preparación y marcan los caminos hacia el desorden”, resumió Juan Eduardo Bernal Echemendía, presidente de la Sociedad Cultural José Martí en Sancti Spíritus.
“Nosotros tenemos mucho que decir y estamos haciendo mucho, lo que no puedo entender es que la situación siga como está. Hay cosas que hacer, pero el problema radica en que no hay un diseño de la cultura”, mencionó Carlos Manuel Borroto, también directivo de la organización artística en el territorio.
¿A qué nos enfrentamos? El propio Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, lo señaló en sus palabras dirigidas a los delegados del congreso: “Debemos prepararnos cada vez mejor para la confrontación de ideas (…); defender nuestro socialismo y su perfeccionamiento como la única alternativa para salvar la cultura, una de las conquistas principales de la Revolución. No olvidemos que la disyuntiva es socialismo o barbarie”.
Si la cultura, que es lo primero que hay que salvar anda asi, que podemos esperar de la economía.
El hombre piensa como vive. Pónganme en la disyuntiva dicotómica de pollito pito: asistir una noche al ballet Giselle pagando en divisa o ir a marcar a la feria para la compra de la canasta semanal al dia siguiente, saquen sus propias conclusiones. De que cultura estamos hablando si no podemos acceder a un libro actual, sino podemos leer a escritores contemporáneos en un nuevo mundo integrado donde las costumbres, creencias, gustos, aspiraciones, enfermedades y todo lo otro cada vez son mas universales. Como podemos discernir nuestro sentido de la vida si nuestra vida no tiene sentido, sino podemos plantearnos objetivos coherentes con nuestras posibilidades para realizarnos como individuos, sino podemos confrontarnos con el pensamiento y la acción de otras culturas. Andamos de cabeza, las cosas han cambiado caóticamente su valor, la jerarquía académica no existe, la juventud está desapareciendo en su propio envejecimiento.
¿A quién culpar si decido priorizar la posibilidad de garantizar alimento material por sobre la opción de introducirme en un universo cultural?
¿Por qué Homero pudo escribir, Miguel Angel pintar, Niemeyer proyectar? Nunca estuvieron en mi disyuntiva porque si asi hubiera sido hoy no tendriamos la Iliada, ni la capilla sixtina ni Rio de Janeiro