Estados Unidos canceló discretamente los vuelos de Aero Martí, una plataforma subversiva de emisión a Cuba de señales de radio y televisión que comenzó a operar en el 2006.
La noticia fue confirmada en un informe publicado esta semana por la Oficina del Inspector General del Departamento de Estado y la Junta de Gobernadores para las Transmisiones, que expone los resultados de una auditoría en la Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB por sus siglas en inglés).
El objetivo declarado de ese informe es dar al Departamento de Estado y al Congreso norteamericano una “evaluación independiente” de las operaciones de la OCB, encargada de las transmisiones internacionales de Estados Unidos, que incluye Radio y TV Martí.
Estas emisoras, que operan desde territorio norteamericano, han sido denunciadas en organismos internacionales por el Gobierno cubano por su carácter ilegal y subversivo.
De acuerdo con los resultados de la indagación, la OCB está plagada de baja moral, falta de transparencia y ausencia de comunicación efectiva con sus empleados.
Dicho control demostró deficiencias en el trabajo de esa entidad, creada en 1990 como elemento vital en la política de la Casa Blanca contra Cuba.
Según el reporte, la OCB presenta “debilidades administrativas en cuanto a la contratación, los recursos humanos, el chequeo financiero de las obligaciones tributarias, la gestión de propiedad y los viajes”.
Los problemas salieron a la luz cuando los inspectores del Gobierno entrevistaron a un número considerable de empleados, entre septiembre y noviembre de 2013. La evaluación reconoce que muchos trabajadores no se atrevieron a hablar por temor a represalias de sus superiores.
Las transmisiones de Estados Unidos contra Cuba constituyen una violación del Derecho Internacional. En el caso de Radio y TV Martí, se incumple lo establecido por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que estipula que las transmisiones de radio y televisión deben ser concebidas como “un servicio nacional de buena calidad dentro de los límites del país de que se trate” y que, “las transmisiones de onda corta deben facilitar las relaciones pacíficas y la cooperación internacional entre los pueblos”.
El gobierno de Washington ha ensayado las más diversas y modernas tecnologías para intentar que Radio y TV Martí sean recepcionadas por la población cubana: un globo cautivo (hasta el 2005), satélites (Hispasat y Direct TV), aviones, así como transmisores de estaciones locales de radio y televisión del sur de Florida.
En agosto del 2006 se incorporó un nuevo avión Gulfstream-1 para las transmisiones de TV, llamado “Aero Martí”.
Realmente era una perdida de de dinero de nosotros los contribuyente pues la interferencia no dejaba ver en Cuba su programación antigubernamental, que no es lo mismo que anticubana.