Los kits de diagnósticos aportados por Cuba a México durante 14 años permitieron el pesquisaje de más de siete millones de niños.
La confirmación precoz de unos tres mil 120 casos de enfermedades en niños mexicanos ha posibilitado brindarle a esos niños una mejor calidad de vida, desarrollo neurocognitivo normal y en muchos casos salvarles la vida, aseguró al sitio web Cubadebate, Aramís Sánchez, subdirector del Centro de Inmunoensayo (CIE).
Según el master en Ciencias y bioquímico de profesión, en territorio mexicano existen 102 laboratorios que disponen de equipamiento cubano para detectar enfermedades congénitas en el neonato, de los cuales 61 pertenecen al Instituto Mexicano del Seguro Social.
México es uno de los países de mayor volumen de intercambio comercial para la tecnología SUMA producida en Cuba, y los resultados prueban el impacto beneficioso que ha tenido en la población de esa nación, afirmó.
De acuerdo con estadísticas oficiales, cada año nacen en ese pais unos dos millones de neonatos; de estos, medio millón corre el riesgo de padecer alguna discapacidad al nacer o de vivir con secuelas, y de 100 mil a 200 mil sufren alguna malformación congénita.
Como parte de esa colaboración, Cuba, además, se ocupa de adiestrar al personal y ofrecer asistencia técnica inmediata, apuntó el especialista.
Permanentemente los acompañamos, lo que le da mucha fortaleza al personal de salud local frente a otras casas comerciales que venden equipos y reactivos, y luego se desentienden del uso cotidiano, agregó.
La tecnología SUMA (Sistema Ultramicro Analítico) es producida por el Centro de Inmunoensayo, con sede en La Habana y una de las instituciones que integra al grupo empresarial BioCubaFarma.
A esa institución pertenecen los principales centros de investigación y producción científica del país en le área de la biotecnología.
De acuerdo con Sánchez, Cuba negocia con la autoridades sanitarias mexicanas para ampliar sus servicios en la nación.
La ciencia médica ha identificado hasta 500 variedades de afecciones crónicas y degenerativas que podrían diagnosticarse en los primeros momentos de la vida con la realización del tamiz neonatal o «prueba de la tranquilidad».
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