La UBPC Mapos logra los mayores rendimientos de arroz en el país y contribuyó a que La Sierpe acogiera la celebración nacional por el Día del Trabajador Agropecuario y Forestal
El salto de la producción arrocera en la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Mapos no es coyuntural. Desde hace varios años allí ha espigado una fórmula laboral capaz de elevar los rendimientos agrícolas sin sacrificar los dividendos económicos y, tales han sido los resultados emanados también del asesoramiento vietnamita, de la entrada de recursos y de la armonía del colectivo, que la unidad clasifica como la mejor de su tipo en el sistema de la Agricultura en Cuba.
Si la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro ha hecho del crecimiento arrocero una realidad —aunque distante de la potencialidad y la demanda—, mucho incide en ello el aporte de esa UBPC, que planifica cosechar este año alrededor de 18 500 toneladas de arroz húmedo —equivaldría a unas 4 000 más que el año anterior — y de conjunto con la Cooperativa de Créditos y Servicios Hirán Rojas, asentada en la zona, garantizan casi un tercio de la producción del cereal en La Sierpe.
“Estos resultados los sostienen el proceso de trabajo, la estabilidad del colectivo y de la dirección, el nivel de organización alcanzado, la estimulación salarial, todo eso trajo consigo la mejoría de la producción. El convenio de colaboración Cuba-Vietnam ha sido determinante en el progreso, sobre todo por la mayor utilización de maquinarias, razones que han llevado a la UBPC a lograr los rendimientos arroceros más altos del país, superiores a las 5 toneladas por hectárea”, detalla José Estrada Hernández, económico de la entidad.
SENTIDO DE PERTENENCIA
“De aquí no se va nadie”, afirma Estrada Hernández, y es lógico, porque cuando un colectivo percibe un salario medio de lujo —al cierre de agosto llegó a 4 187 pesos mensuales— se fortalece, sin que sea la única causa, el sentido de pertenencia, la responsabilidad, el deber laboral.
“A todos nos interesa el aporte del campo y de la cooperativa—define Ignacio Entenza, jefe de lote—, esa integración del colectivo hacia los resultados productivos y económicos es el sostén del trabajo, se trata de que cada uno haga con calidad lo que le corresponde desde su puesto”.
Para esos hombres de las terrazas no hay horario, día de la semana o festividad si de escoger entre la casa y el cultivo se trata; allí las jornadas están sujetas al ciclo del arroz, la atención al campo, el aniego, cuidar el grano de las aves y en el traslado hacia el secadero; todas resultan labores tan habituales para ellos que ninguno repara en el sacrificio.
En plena labor encontramos a los integrantes del pelotón de corte; “cuando hay arroz maduro no se puede parar, si el operador va a almorzar, otro integrante del colectivo coge la máquina y sigue la cosecha”, expresa Wiliam Fiallo, jefe de la agrupación.
Modernas cosechadoras muestran el respaldo de maquinaria llegado a Mapos, una de ellas timoneada por Roberto Rodríguez (Tule), “el que más arroz corta aquí y en Cuba”, según afirma el mecánico Evidio Rodríguez, encaramado en otra máquina para curar una rotura.
NIVELAR LAS TERRAZAS
En los campos, talleres y oficinas los más de 300 trabajadores de la UBPC siguen a diario la recolección del grano — garantiza el 80 por ciento de los ingresos de la unidad, que además tributa leche, carne y cultivos varios—, mas, otros programas acaparan el interés, entre ellos, el de nivelar las terrazas, empeño para el cual le ha llegado ya parte de la maquinaria requerida y los equipos de rayos láser.
Incluido dentro del proyecto de colaboración Cuba-Vietnam, la primera etapa de trabajo, atrasada de acuerdo con el calendario fijado inicialmente, se planifica para el período noviembre-abril, con la intención de cubrir unas 800 hectáreas, la cuarta parte del terreno arrocero de la UBPC.
“En esta actividad va a descansar el futuro aumento del rendimiento agrícola y llegar a las 6 toneladas por hectárea —actualmente logran más de 5 toneladas—, porque aumentará la población del campo al eliminarse esos huecos y lagunas que están en las terrazas, pero sin la planta, y son espacios improductivos, que reciben todos los productos que se le aplican al cultivo; este trabajo va a favorecer el mejor aprovechamiento del suelo y como tal habrá más arroz”, subraya Pedro González, jefe de Producción.
El sostenido desempeño de la UBPC Mapos y su proyección convierten a la zona en el punto de avanzada de la recuperación productiva del cereal en una de las provincias con mayor responsabilidad en la entrega del alimento, todavía en niveles muy lejos de cubrir la demanda, pero con resultados innegables en la reanimación del cultivo.
Seria de mi interés intercambiar informaciones sobre producción de arroz. Por estas latitudes se manejan otras cifras y otra realidad.
La superacion es posible. Un saludo de un trabajador de arroceras de Uruguay.