La V Cumbre Caricom-Cuba fue fructífera para estrechar la unidad y reforzar el compromiso de trabajar juntos por el desarrollo, prosperidad e integración del Caribe
Destaca Raúl Castro saldos de V Cumbre Caricom-Cuba
V Cumbre Caricom-Cuba busca estrategias para fortalecer el intercambio
Raúl en Cumbre Caricom -Cuba: Enfrentamos retos que solo podremos vencer con la más estrecha unidad
Las complejidades y dificultades introducidas en el escenario mundial por la presente crisis económica internacional, el cambio climático, nuevas enfermedades transmisibles altamente letales y la necesidad de avanzar hacia el desarrollo en medio de ese difícil panorama confirman la validez de los esfuerzos por profundizar la integración entre nuestros pueblos, como acaba de reflejar la V Cumbre Caricom-Cuba, recién finalizada en La Habana.
A propósito de estas realidades, resulta interesante que uno de los pocos puntos en que la Cumbre requirió algo de los EE.UU. y de sus socios del bloque occidental industrializado es en el de que se les conceda a estas pequeñas naciones caribeñas la ayuda de los organismos multilaterales, atendiendo, no al erróneo concepto de considerarlas estados de renta media, sino de acuerdo a sus realidades internas.
Otros reclamos al mundo desarrollado siguen un camino similar, como lo es el de pedir compensación por el daño que causó la infamante esclavitud en islas y estados ribereños que forman hoy la Caricom, compuesta por 15 pequeñas naciones ubicadas en las Antillas Mayores y Menores, Centro y Suramérica, en lo que cuentan con el respaldo decidido de Cuba.
En su discurso inaugural, el Presidente cubano Raúl Castro agradeció el apoyo permanente del grupo a la lucha contra el bloqueo y a la exigencia de que desaparezca de las políticas de algunas potencias la práctica arbitraria de listados excluyentes y sanciones, como por ejemplo, la injusta y descabellada inclusión de Cuba en la relación de países promotores del terrorismo.
Raúl también destacó “la exitosa trayectoria de Caricom, la participación de todos sus estados miembros y de Cuba en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños —Celac— y en la Asociación de Estados del Caribe, así como la membrecía de algunos de nosotros en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América —ALBA-TCP— y en Petrocaribe”…
En lo que a Cuba corresponde, —apuntó Raúl— “tenemos 1 806 colaboradores en todos los países de CARICOM, de ellos 1 461 en el campo de la salud. Se han graduado en la isla 4 991 jóvenes caribeños y actualmente 1 055 estudian en Cuba.
“Adicionalmente —dijo— estamos colaborando con el Caribe… en la prevención y el enfrentamiento a la pandemia del ébola en el plano bilateral y en el contexto del ALBA y de la Celac, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud”. Además, en las últimas semanas 61 funcionarios, médicos, expertos de la salud y de otras esferas de estas naciones han recibido entrenamiento en Cuba.
Son excelentes bases para la colaboración mutua, pero existe una asignatura pendiente y es la necesidad de una mayor integración y complementación económica entre ambos factores, en lo que no se ha avanzado mucho debido a las dinámicas internas de cada parte, a la inexistencia de una eficiente comunicación aérea y marítima entre nuestros países, y a la falta de mecanismos que coordinen y lleven a la práctica los acuerdos que se adopten.
La magnitud pequeña de la población, la escasa superficie y el reducido mercado interno de la mayoría de estas isla-estados hacen perentoria la integración de sus economías, con un peso elevado en el sector industrial, porque, por ejemplo, importar todos —o casi todos— los artículos manufacturados que requieren les resulta del todo oneroso, comparado con la posibilidad de organizar la producción y el consumo entre la totalidad de sus integrantes.
Ello permitiría un mejor funcionamiento de sus economías que, por separado, significan muy poco, pero que unidas representan un territorio de 462 905 kilómetros cuadrados y una población de 17 505 762 habitantes, con un Producto Interno Bruto (PIB) de 76 182 millones de dólares. Si a ello se suman el territorio y la población de Cuba, entonces el bloque tendría una extensión territorial similar a la de Francia y cerca de 30 millones de habitantes, con un PIB de más de 120 000 millones de USD.
Se trata de una meta difícil, pero alcanzable, que depende en primer lugar de la voluntad política de los dirigentes de cada uno de los estados miembros, lo que acaba de ser refrendado en La Habana. Por tanto, la línea está trazada.
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