Villa Clara o Cuba, como quieran llamarle, romperá hoy toda la estela de curiosidades que ha antecedido su participación en la Serie del Caribe.
Por eso el estar en la venezolana Isla Margarita, luego de más de cinco décadas de ausencia cubana, es el primer triunfo para los naranjas en el evento que este sábado romperá el hechizo de los aficionados.
Sin jugar, el segundo éxito de la escuadra es haber concretado el reconocimiento para el equipo campeón de la Serie Nacional pasada, una novedad que solo comenzó a cobrar cuerpo con la participación del elenco de Ciego de Ávila, titular de la versión 52, en el torneo Challenge, de Canadá del cual regresó dorado.
Tan huérfano como está de reconocimientos el béisbol y el deporte cubano en general, este torneo llega como tabla de salvación para estimular el incentivo de nuestros peloteros a fin de añadirle un poco más de pasión en el terreno.
No solo de pan vive el hombre. Por eso, el “jugar por algo” viene a complacer el justo reclamo de los campeones, que se han quejado de que luego de los vítores y repetitivos recorridos por los pueblos de las provincias que representan al cierre de cada temporada, el “fuego” del reconocimiento suele apagarse muy rápidamente entre diplomas y saludos.
Que Villa Clara con su traje y su róster reforzado estén hoy en Isla Margarita, relega, para mí a planos secundarios, las desavenencias provocadas por la elección de los seis refuerzos, tal como si se tratara de un equipo Cuba para un evento de gran jeraquía.
Que si Vladimir García no está, que si Yulieski Gourriel y Alfredo Despaigne están “sobregirados” de eventos internacionales o si Ismel Jiménez no acumuló números para asistir, no creo que sea lo más importante. Si casi nunca una selección de 24 logra “complacer peticiones”, imaginen una “triste” posibilidad de seis.
Si en realidad la decisión llevó la marca personal de Ramón Moré, aplaudo la “democracia” de que los managers tengan capacidad de decisión propia, algo de lo cual se ha resentido el béisbol nacional.
Al menos ante las cámaras de la televisión cubana, el director de los actuales campeones lo asumió así y de paso argumentó sus decisiones sobre la base de lo que su equipo necesita
Ahora, vamos a lo que vamos. Como al resto de los elencos asistentes, a Villa Clara se le permitió la inclusión de refuerzos. Nada más justo que los lleve, aunque ello signifique que no todos sus “propios” puedan jugar y saborear el sentido del reconocimiento al campeón
Y ahí entramos en otro punto. Si a Villa Clara, como a todo equipo que ponga un pie fuera de nuestras fronteras, se le exige “traer el título”, entonces Ramón Moré debe utilizar los “extras”, aunque reste “pureza” a su elenco, que obtuvo su campeonato nacional, en parte, por el rendimiento de sus refuerzos.
De si podrá lograrlo o no, lo dirá el terreno de Isla Margarita. Pronosticar sobre un torneo sobre el cual la mayoría de los cubanos conoce hace muy poco cuando la televisión “aperturó” sus trasmisiones al béisbol internacional, es tarea difícil.
Se sabe que los cubanos somos dados a sobredimensionar la calidad de cualquier béisbol con la marca de los profesionales, pero esas propias trasmisiones televisivas han enseñado que, aunque ciertamente se trata de una pelota diferente, tampoco está exenta de los mismos lunares de la nuestra
De hecho ya se sabe que las Ligas Mayores pusieron sus manos sobre la Serie del Caribe y varios profesionales contratados con la gran carpa declinaron su presencia en ISLA MARGARITA y ello supone que el evento regional no será “tan fiero como lo pintan”
Desde antes se ha comentado como el evento ha perdido brillantez y pujanza con relación a otros similares por esas ausencias Por eso algunos consideran que el regreso de Cuba le agrega un incentivo diferente. Un morbo adicional diría yo. Otros han ido un poco más allá en la exageración al referirse a este retorno como la SALVACION de la Serie.
Admito la curiosidad y el halo mediático despertado en el área por esa presencia, pero prefiero abstraerme de tal rimbombancia
Del lado de acá, confiemos en que este Villa Clara con corazón de Cuba muestre los mismos argumentos ofensivos basados en la agresividad y rapidez de sus jugadores al bate y la eficacia de sus lanzadores que le han distinguido en años, y pueda luchar entre iguales en busca de complacer a los exigentes seguidores en esta isla beisbolera.
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