El encanto y la conservación de la villa de Trinidad constituye punto de atracción en la documentación de la 34 Feria Internacional de Turismo FITCuba 2014, tal y como lo reconocen los participantes.
Sobre todo, muchos europeos se inclinan por visitarla debido a su interés en cuanto a arquitectura y tradiciones, comentaron los organizadores.
Ubicada en la porción centro meridional del país, en la provincia de Sancti Spíritus, es un lugar verdaderamente interesante, sobre todo para quienes quieren conocer sitios vinculados a la cultura cubana.
La parte vieja de la villa impresiona por sus piedras de rio, repartidas entre las calles, capaces de recrear la mirada con añejamientos y permitir a la imaginación trasladarse en el tiempo, como en un viaje al pasado.
Las piedras constituyen el símbolo clave, pues enlazan mar, rio y ciudad, encanto adicional y particular de la villa de Trinidad o La Santísima Trinidad, impecable muestra de estilos a partir de balaustradas, barandas, rejas, dibujos, sillas, portales y techos de tejas rojas acanaladas.
El 23 de diciembre de 1413, en su trasiego hacia la Bahía de Jagua, llego el Adelantado Diego Velázquez de Cuellar a la futura Trinidad. Luego escuchó, junto a 20 de sus hombres, la primera misa del lugar oficiada por Fray Juan de Tesin, su capellán.
Entonces nombró a la ciudad Manzanilla y permaneció allí hasta fines de ese año. La villa fue próspera, pero en 1518 Hernán Cortes casi la despuebla en su empeño de buscar seguidores para la conquista de México.
Entre 1579 y 1585 fue repoblada por españoles y se le concedió el título de ciudad. Tabaco, cueros y carnes saladas caracterizaron el comercio de la urbe. Desde 1673 el azúcar fue su signo que pobló el territorio de haciendas e ingenios, hasta tener su Valle de los Ingenios o la Torre Manaca-Iznaga como símbolos del auge del dulce.
En la segunda mitad del siglo XVIII se añaden la cera, la miel y el café a sus renglones económicos, haciéndola nuevamente prospera. Es 1720 la época del auge y un nuevo declive en 1857.
Fue olvidada, y ello permitió que hoy conserve de mejor forma la arquitectura colonial, lo cual le propicio el titulo de Patrimonio Cultural de la Humanidad» por la Unesco en 1988.
En la ciudad está la casa donde pernoctó el científico alemán Alejandro de Humboldt -considerado segundo descubridor de Cuba, tras Cristóbal Colon.
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