Así titula Teatro Paquelé su más reciente estreno, obra que mantiene en cartelera en la sede de la compañía
(Blanca Felipe Rivero*)
Con el estreno de su primera obra en la nueva sede, Teatro Paquelé incursiona también en las puestas en escena donde los actores desempeñan el papel de niños, sin el uso del títere, una variante poco usual en el panorama teatral cubano, pero no exenta de interesantes atractivos interpretativos de complejidad artística.
Con la presencia de niños de la comunidad, colegas del teatro y público, Pedro Antonio Venegas apuesta por ¡A las tres de una vez!, y trabaja de forma inédita con un autor dentro del proceso.
Se trata de un texto que es parte de una trilogía de temas tabúes para niños que incluye Ventana de estrellas, ¡A las tres de una vez! e Historias que vuelan. Los dos primeros títulos fueron llevados a escena con niños por la compañía danzaria teatral La Andariega, bajo la dirección de Luis Orlando Antunez, pero nunca antes con actores profesionales.
La obra refleja a niños solos en la escena y aborda, desde la perspectiva infantil, dilemas fuertes y dolorosos como el abandono, la soledad, el divorcio, el maltrato en el marco de la familia y la escuela.
En ¡A las tres de una vez! Venegas aprovecha la atmósfera íntima y trabaja un encuentro sentido entre un pequeño llamado Josué y una niña nombrada Melisa, marcados, de un lado, por la sobreprotección familiar y, de otro, por el abuso sexual.
El trabajo actoral se arma de sutilezas en el que se percibe, dentro de un cosmos lúdico, la interrelación de dos niños que transitan de la simulación a una profunda amistad, develan sus más dolorosos secretos y finalmente manifiestan el goce de la ayuda mutua donde los personajes y la audiencia intercambian sus preocupaciones y también sus alegrías, dentro de una atmósfera muy cercana en la que los personajes están vestidos con ropas comunes que la escena le provee carácter dramático.
La interpretación de Rosmeri Pentón y Carlos A. Delgado muestran la artesanía de sus exploraciones dentro del proceso de trabajo, sin llegar al estereotipo del niño, sino con una minuciosa atención a gestualidades, entonaciones y dinámicas muy seguidas por Venegas. La música original de Carlos Manuel Borroto, en la hermosa voz de Miriela Cañizares, sacude en el inicio y final al espectáculo con una frase conmovedora: “Todo es fe”.
El espectáculo continuará con una temporada en la sede, enlaces con instructores de teatro, niños de escuelas y posibles funciones en otros espacios. En enero del 2016 estará dentro de muestra de Teatro de Pequeño Formato de Santa Clara, en El Mejunje, para dar inicio a encuentros con otros públicos que representará a la familia teatral de Sancti Spíritus.
*Profesora titular del Instituto Superior de Arte
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