Grupos comunitarios demandan el cese de la brutalidad policial contra los afronorteamericanos tras un incidente de uso excesivo de la violencia por uniformados contra jóvenes negros en McKinney, Texas.
Un vídeo tomado con un teléfono celular y colocado en internet de un incidente que involucró a jóvenes negros y a agentes de policía en Estados Unidos despierta ahora nuevas iras contra la actuación de los uniformados y desata un debate sobre la raza y las tácticas de la fuerza pública.
Llama la atención que el hecho ocurrió el viernes en una fiesta en una piscina suburbana, no en un barrio urbano donde es frecuente la lucha con la delincuencia y las drogas, reseña hoy el diario The New York Times.
El vídeo que muestra al oficial de policía David Eric Casebolt apuntando con un arma a los adolescentes en traje de baño y aprisionando contra el suelo a una muchacha negra se convirtió en el último punto de inflamación en las relaciones entre la policía y las minorías, precisa el Times.
Hasta ahora, según el jefe de la policía de McKinney, Greg Conley, el caso impulsó una investigación interna sobre Casebolt, un supervisor de patrulla que fue colocado en situación de licencia administrativa.
El lunes por la noche, cientos de personas se reunieron en una escuela primaria en una protesta pacífica, agitando pancartas, entre las que pedían «Parar la Brutalidad Policial», mientras Dominique Alexander, líder local de derechos civiles, demandaba justicia en medio de una protesta con los líderes religiosos frente a la sede de la policía en McKinney, Texas. Asimismo la Unión Americana de Libertades Civiles de Texas indicó en un comunicado que el incidente de Texas muestra el uso de la fuerza excesiva por parte de los agentes policiales.
El tema de la actuación policial contra los negros y otras minorías mantiene candente el problema racial en Estados Unidos.
En ese sentido, un gran destaque mediático alcanzó la decisión la víspera de un gran jurado de Carolina del Sur al acusar formalmente al expolicía Michael Thomas Slager, quien mató a tiros por la espalda en abril pasado al afroamericano Walter Scott.
La fiscal Scarlett Wilson lo dio a conocer la decisión en rueda de prensa a dos meses del incidente en el que Slager disparó ocho veces contra Scott, quien huía tras una infracción de tránsito.
El hecho generó protestas similares a las que ya había vivido el país pocos meses antes a raíz de otros ejemplos de violencia policial injustificada por parte de agentes blancos contra afroestadounidenses.
Entre otros, destacan los casos de Michael Brown, en Ferguson (Missouri), y de Eric Garner, en Staten Island (Nueva York), cuyos victimarios sí resultaron eximidos de cargos criminales por grandes jurados.
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