La celebración en Cabaiguán del acto provincial por el nuevo aniversario del asalto al Moncada, previsto para el viernes 24 de julio, ha catalizado esfuerzos pese a los retos por concretar en ese territorio
Apogeo constructivo en Cabaiguán
Celebración provincial por el 26 de Julio será en Cabaiguán
Desde el año 2012, cuando se reconstruyeron los salones de cirugía, parto y neonatología, en los recintos del Hospital Materno Infantil de Cabaiguán no se respiraban aires de transformación tan radicales. Aunque no empezaron hace poco, los quehaceres que han trastocado la rutina de ese recinto en una especie de escenario donde lo mismo se escucha el llanto de un bebé recién nacido que el martilleo de los constructores, se han visto marcados por un sello definitorio en las últimas semanas.
Ataviados unos con sus batas blancas o sus atuendos verdes y otros con ropa apropiada para sumarse al repello, la pintura de paredes o el traslado de materiales y enseres, quienes laboran en la institución cooperan de manera efectiva en el impulso a las acciones de remozamiento de áreas y recuperación de mobiliario, movidos por el acicate de ganar, primero, y de haber merecido, después, el primer lugar en la emulación provincial por el 26 de Julio.
PARIR EN CABAIGUÁN ES UNA GARANTÍA
Luego de sortear ruidos y andamios con hombres encima, Leysi Pérez Martínez, ginecobstetra y directora del centro asistencial, nos condujo días atrás por salas donde mujeres con sueros, tendidas sobre sus camas, aguardaban la cirugía, en tanto otras en el local de enfrente amamantaban a las criaturas salidas de sus vientres en la jornada anterior y hasta en la madrugada. “Tuvimos 210 nacimientos desde enero hasta el cierre de junio, aquí nacen como promedio entre 500 y 600 bebés al año y la mortalidad infantil se mantiene en cero, incluso se comportó así durante todo el 2014. Las mujeres prefieren parir aquí y a menos que haya riesgos, en cuyo caso las remitimos a Sancti Spíritus, asumimos los partos”, declara Leysi, miembro del colectivo desde hace cerca de tres décadas y quien atribuye los logros del mismo al alto sentido de pertenencia que lo caracteriza.
Si alguien duda de ello, basta con acercarse al departamento de Admisión, archivo y estadísticas y conversar con Reina Romero Fernández, la trabajadora de mayor edad y con más antigüedad en el centro (llegó en agosto de 1973), quien sin muchos estudios ha logrado sentar cátedra aplicando al dedillo lo que ella denomina la clave del éxito: poner el máximo de interés en lo que hace, mantener la calma y respetar a cada uno de sus compañeros.
Con un índice de bajo peso al nacer de 4.3 niños por cada 1 000 nacidos vivos, por debajo de la media provincial, Cabaiguán ha tenido que “pulirla” para no permitir retrocesos en uno de los frentes definitorios que le pusieron a la cabeza de la emulación por la efeméride moncadista. Sin suficientes recursos humanos en la parte médica, tanto en el hospital como en el municipio en su conjunto, se han valido de estrategias que van desde el reordenamiento de la fuerza laboral en grupos básicos de trabajo y servicios de guardia hasta el estricto seguimiento a embarazadas y menores de un año.
“Entre los factores claves tenemos la estabilidad de nuestros pediatras, las captaciones en tiempo de gestantes y los estrechos vínculos con la Comisión de Prevención y Atención Social, que facilita el seguimiento a adolescentes y a casos con proclividad de embarazos de riesgo en lo relativo al entorno familiar”, significó Marianela Lorenzo Rodríguez, directora municipal de Salud.
SIN COMIDA NO HAY PROGRESO
Pedro Álvarez Jiménez es de esos hombres que pueden hilvanar la historia de su base productiva en menos de un santiamén sin omitir ningún detalle. Presidente de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) 13 de Marzo, enclavada a un kilómetro de Santa Lucía por la carretera que lleva a Fomento, sostiene que los altos rendimientos en renglones básicos para la mesa de sus coterráneos no son sinónimo de progreso si los precios no compaginan con el alcance de los bolsillos menos holgados.
Con la propiedad que le confiere el haber sido partícipe del florecimiento de la entidad, nacida en 1976 con solo un puñado de afiliados y apenas 6 caballerías de tierra, habla no solo del esplendor logrado en la década de los 80 o del declive que se prolongó hasta el 2003, sino además, y sobre todo, de los récords productivos actuales, entre los que descuellan el tabaco, como línea fundamental; el boniato y la yuca, renglones estos últimos que venden a empresas comercializadoras mayoristas a precios por debajo de los comúnmente establecidos. “El boniato lo entregamos a 80 centavos la libra y la yuca podemos darnos el lujo de venderla a 40 centavos. Malanga casi no tenemos, porque necesita riego estable, pero cosechamos frijol y maíz para sustituir importaciones”, detalla, para agregar luego: “Las más de 160 toneladas de cerdo que cada año van a parar al consumo de entidades estatales a través de los convenios porcinos no se ven, aunque van al cárnico y se convierten en embutidos, picadillo…”.
Una vez ofrecidos todos esos argumentos no deja de recalcar una idea clave: nada de eso habría sido posible sin el concurso de los campesinos, entre los cuales tienen creada una brigada de mujeres que han contribuido de manera decisiva, entre otros empeños importantes de este año, a sobrepasar la tonelada de tabaco en rama por hectárea.
Como esta, otras asociaciones cooperativas y también campesinos del patio han conseguido para el municipio la fama de alto productor de tabaco y alimentos, uno de los aspectos básicos a la hora de ponderar los aciertos que le han hecho lucirse entre los territorios de la provincia.
UN ABEJEO CON PEROS
Cabaiguán se crece, además, en varios otros frentes. El recién concluido curso escolar dejó el grato sabor de haber favorecido la ubicación en el segundo puesto, antecedido solo por Fomento, de un sector determinante en la confrontación. Según afirma Nacyra Cruz Acosta, quien encabeza la dirección de Educación en el municipio, los resultados en ese frente están relacionados no solo con el cumplimiento de todos los indicadores de eficiencia por parte de trabajadores y estudiantes o con las recurrentes premiaciones en concursos municipales, provinciales y nacionales de la Enseñanza Primaria. Sobresalen de igual manera —apunta— en la actividad científica y en el remozamiento de varias instituciones docentes, entre ellas la escuela Manuel González Crespo, cuya reparación concluyó hace tan solo días en la zona de El Jobo y comprendió, entre otros beneficios, la apertura de un nuevo laboratorio de Computación, la colocación de carpintería de aluminio y un techo venezolano con todas las de la ley.
Mientras la senda de la acera en la Carretera Central que le ha nacido por estos días a la ciudad cabecera municipal adquiere rostro y fuerzas constructoras se afanan en la terminación o el adelanto de varios objetos de obra, el entramado urbano y de comunidades adyacentes son testigos de los más disímiles estados anímicos: entusiasmo, orgullo, satisfacción, esperanza, desazón, escepticismo.
Conocedor de que los indicadores de eficiencia andan bien, pero no lo son todo, el ciudadano de a pie que habita en Cabaiguán mira al suelo y se pregunta por enésima vez cuándo los pulmones hidráulicos del municipio respirarán a plenitud. De ello depende —bien lo sabe quien sigue las pisadas del terruño en las últimas décadas— que los viales, y con ellos la vida, transformen su fisonomía definitivamente.
Aires de tranformación en Cabaiguan….. Hay muchas partes que parecen que no sólo hubo aire, sino huracán
Por eso yo naci en Cabaiguan.
Llenaron de zanjas a Cabaiguan para arreglar la red hidráulica,no la arreglaron y en cambio dejaron la ciudad parecida a un paisaje lunar,al menos en abril la vi así. Pasan los años y nadie de ocupa de arreglar las peores goles de Cuba y duermo cada noche rezando para que ninguno de mis nietos caiga en esos huecos que han dejado la indolencia y la decidia
Aqui Felices por ese ajetreo constructivo Cabaiguán en 26