A cuatro décadas de existencia, el sitio donde se procesa, conserva y difunde la historia documental de la tercera villa todavía carga con el estigma de ser el lugar donde guardan los papeles viejos.
Al filo del mediodía un grupo de extranjeros sube por la calle Boca del Centro Histórico trinitario como parte del recorrido por la ciudad. Ante la imponente torre del antiguo convento de San Francisco de Asís, hoy Museo Nacional de la Lucha Contra Bandidos, el guía diserta en torno a la historia del edificio y los romances sucedidos en el parquecito de enfrente.
Después los visitantes bailan bajo los flamboyanes, toman café, siguen de largo… sin conocer que en la casona de la esquina yace la historia del terruño a través de actas capitulares, escribanías, fotos, mapas, periódicos, cartas, expedientes; un tesoro tan valioso como la cristalería francesa, el arma de un combatiente o las evidencias arqueológicas.
Pese al ostracismo que ronda al Archivo Histórico Capitán Joaquín Llaverías Martínez, los trabajadores no cejan en el afán de convertirlo en un sistema de información donde se gestione el conocimiento, acaso porque les basta saberse dueños de una verdad irrefutable: sin la custodia de ese legado, Trinidad sería una villa amnésica.
ENTRE DOCUMENTOS
Cada mañana seis especialistas en Archivística y una en Conservación se sumergen en el pasado de la ciudad. La enrevesada caligrafía de antaño les descubre un territorio impregnado de misterios y episodios ocultos en la historia.
“El archivo cuenta con 31 fondos documentales —explica Ibelkis Martínez Pomares, especialista principal del Departamento Técnico— El procesamiento consta de cuatro fases, la más complicada es la descripción, donde aplicamos la Norma Internacional General de Descripción Archivística (Isad-G) y la Norma Internacional sobre Encabezamientos Autorizados Archivísticos para Entidades, Personas y Familias (Isaar-CPF) con el fin de reseñar el contenido de los documentos y generar instrumentos que viabilicen la búsqueda de los usuarios. El procesamiento puede durar hasta un año, en dependencia de la extensión del fondo y las series que presente”.
Pudiera creerse que dicho proceder concierne solo a actas del Cabildo. Sin embargo, el archivo también custodia la documentación emitida en los antiguos tribunales del municipio; casos que apremian en el tratamiento porque “a su vez aquí se emiten copias de escrituras de casas, demandas de divorcios, causas criminales, donaciones entre propietarios, etc., para efectuar trámites legales”, añade Martínez Pomares.
De modo que aquello de guardar papeles viejos resulta solo el peso del estigma, pues la institución, igualmente, pone en manos de los interesados las imágenes de décadas pasadas en reproducciones digitalizadas, gracias a un proyecto con la Oficina del Conservador. Mas, también podría ponerse a disposición del público el servicio de fotocopia y escaneo, como ocurría antes, pero la obsolescencia técnica dio al traste con esas facilidades.
EN EL SALÓN DE USUARIOS
Cuando Escambray irrumpió en la institución trinitaria, la mesa de consultantes tenía las plazas ocupadas; sin duda, una excepcionalidad. Si bien los expedientes del Juzgado de Primera Instancia o el de Instrucción ven con más frecuencia el paisaje fuera de las naves donde permanecen, la documentación histórica o la mapoteca duermen en los anaqueles hasta la llegada ocasional de investigadores, algún estudiante universitario de cara a una tesis de licenciatura o la limpieza de la conservadora para mantenerlos inmunes a los hongos y la humedad.
Lo corrobora Ada Almeira Bravo, al frente del Departamento de Servicios y Atención a usuarios al referir que los resortes resultan insuficientes para seducir a los jóvenes y todos aquellos vinculados a la comunicación pública.
“De nuestra sala han visto la luz libros como Trinidad de Cuba: un don del cielo, de Alicia García Santana y tantos otros de fama internacional, recibimos a investigadores de otras provincias y países interesados en publicar acerca de temas cubanos, pero falta potenciar la investigación científica.
ASUNTOS HISTÓRICOS
Cuando desmantelaron el techo para eliminar las filtraciones y disminuir la humedad, años atrás, los trabajadores pensaron que comenzaba el camino a la prosperidad, pero el presupuesto solo cubrió el remozamiento de la fachada y la carpintería exterior. Así, puertas adentro persisten los estantes de cabillas corrugadas y cartones bagazo, trasmisores de acidez y causantes de rozaduras en detrimento de la documentación; lamento tan histórico como el Acta Capitular de 1724, la más antigua de todas.
“El archivo ha tratado en estos 40 años de conservar los documentos lo mejor posible, pero necesitamos cajuelas para fondos de alto grado de protección como las actas capitulares, los protocolos notariales, las escribanías y la hemeroteca”, comenta Alberto Entenza Novoa, director.
Ustedes se subordinan al Archivo Nacional y al Citma. ¿Conocen ellos estas dificultades? ¿Qué respuestas han recibido?
A través de varios proyectos se han reparado lomos, tapas y encuadernaciones, pero nada de mayor envergadura. El archivo de Sancti Spíritus recibió mejoras y la donación de computadoras mediante un proyecto internacional. Nosotros nos hemos visto más desfavorecidos. Cada vez que planteamos estas demandas, recibimos la respuesta de la falta de recursos. Tal vez algunas instituciones de la ciudad podrían colaborar al respecto.
También salta a la vista la ausencia de jóvenes en el colectivo laboral y tiempo atrás se abrió la carrera de Gestión Documental y Archivos en las villas fundacionales para fortalecer este déficit…
Nosotros formamos dos grupos en Trinidad. Los veíamos con buenas ideas, pero al no tener ubicación después del adiestramiento, buscaron otro trabajo o se afiliaron al cuentapropismo. Hace dos años presentamos a la Oficina del Conservador un programa de estudios con el interés de crear la carrera de Restaurador de documentos en la Escuela de Oficios. Todavía estamos esperando.
El futuro de este lugar…
Solo nos queda seguir trabajando, pese a los inconvenientes, esperando que algún día entiendan que un archivo histórico en una ciudad Patrimonio de la Humanidad es de vital importancia para defender nuestra identidad cultural.
Necesito saber cómo comunicarme. Por teléfono desde la Habana con el archivo municipal de historia de Trinidad NO LO PONEN EN NINGUNA DE SUS ANUNCIOS
COMO DIRIA UN ESPAÑOL HOSTIA
Buen reportaje, y muy esclarecedor. Trabajo en el Archivo Provincial y es muy cierto que si nosotros mismos no somos capaces de buscar alternativas para salir adelante, nadie nos da la mano, pues en mi opinión en este terruño no es muy reconocida nuestra labor y somos los que tenemos la Historia de la Villa en nuestras manos.
Excelente reportaje, para bien del archivo histórico trinitario y la importancia de este centro en el rescate y preservación de todos los valores patrimoniales de la Santísima Trinidad de Cuba. Felicidades al reportero y al periódico.