A cuatro décadas de fundada, la institución donde se conserva la historia documental de Trinidad lucha con la sombra del ostracismo
La fachada puede confundirlo con otra de las tantas casonas del centro histórico de Trinidad, tal vez porque la imponente torre del antiguo convento de San Francisco de Asís, hoy Museo Nacional de la Lucha contra Bandidos, —localizado al frente —, le arrebata irremediablemente la prestancia.
Con letras opacadas por el paso de los años, un modesto letrero anuncia la riqueza escondida tras los muros y ventanales de hierro. Archivo histórico Capitán Joaquín Llaverías Martínez, reza la talla en madera; una señal ignorada por moradores y visitantes que pasan por el inmueble ubicado en la intersección de las calles Boca y Cristo, en Trinidad, sin apenas reparar en ella.
Quizás sea este el primer indicio del sutil ostracismo al cual parece estar condenado el Archivo Histórico Municipal de Trinidad, incluso hoy, al arribar a su 40 cumpleaños; celebración sin bombos ni platillos, al menos no como merece el espacio donde yace la historia de toda la villa, acaso porque el apelativo de “lugar donde se guardan los papeles viejos” parece ser su sambenito.
La algarabía del 26 de mayo de 1975, cuando la apertura de la institución —ubicada entonces en la actual Casa de Cultura del territorio— figuró como “el primer evento relevante de la Semana de Cultura en esa fecha”, según consta en los anales históricos, constituye una estampa desteñida por los años.
Mas, pese a los olvidos, las mofas, la dosis de anonimato… una docena de trabajadores se adentra cada día en la enrevesada caligrafía de los siglos para continuar el procesamiento de los 31 fondos documentales, luchar contra la humedad, los hongos y las trazas empecinados en borrar y engullir capítulos del pasado.
Mapas, periódicos, libros gruesos con lomos de cuero, fotografías… convierten las cuatro naves de la institución en manantial informativo inagotable para quienes se aventuren a desentrañar los misterios ocultos del terruño; tesoro de papel donde confluyen las añejas Actas Capitulares del Cabildo —el documento más antiguo conservado data de 1724—, fondos personales de familias ilustres como las Sánchez y Sánchez e Iznaga, con las sentencias dictadas en el Juzgado de Instrucción y el de Primera Instancia, la Antigua Notaduría de Hipotecas, entre tantos otros episodios pendientes de escritura.
Aun cuando se considere espacio reservado solo para eruditos, cabría recordar al fallecido historiador de Trinidad, Carlos Joaquín Zerquera y Fernández de Lara, cuando expresó: “La preservación de la memoria escrita constituye la única vía para sustentar sobre bases científicas el trabajo de rescate, conservación y rehabilitación de los restantes componentes materiales del Patrimonio, ya sea arquitectónico, artístico o arqueológico”.
Tantos años después, todavía pocos conocen que el archivo aunó, en su momento, la documentación dispersa en distintas instituciones de la localidad, que su nombre honra a un capitán del Ejército Libertador, quien fungiera como director del Archivo Nacional de Cuba y dedicara su existencia a defender la huella documental del país, y que gracias a la consulta a dichos documentos han visto la luz libros de la autoría de la doctora Alicia García Santana o Hernán Venegas, por solo citar algunos.
Pese a la indiferencia del tiempo, las actas capitulares mantienen la esperanza de que las acaricien las manos jóvenes y algún día mejore el acondicionamiento de los espacios para garantizar su perdurabilidad. Mientras, el salón de consultas añora incrementar el número de usuarios.
Y es que, como expresara en cierta ocasión la antigua directora Eunice Morales Rodríguez: “Un archivo en una ciudad Patrimonio de la Humanidad no es más que el garante de su acervo cultural e histórico. Conservar la memoria es prolongar en el tiempo la producción intelectual, moral y espiritual de las generaciones que nos precedieron, la savia de nuestras raíces, la esencia de nuestro devenir como conglomerado social y humano. Es defender nuestra identidad cultural”.
Bueno después de buscar un poco sé que no tuvieron una hija llamada Margarita pero según mi historia familiar dice que ella se casó con un señor pobre y esto no le gustó a la familia y la desheredó Justo Germán Cantero y creo que puede ser el hijo pero desgraciadamento no hay muchos documentos acerca de él.
Hola, quisiera contactar con la entidad adecuada, para explorar raices trinitarias de mi familia, que debemos conocer, relacionada con los Santander. Tanto mi bisabuela como mi abuelo, no los conocí, eran trinitarios. Ella se llamaba María de los Dolores Santander, más conocida por Lola, y tuvo que darle su apellido a sus últimos hijos, no sé si era casada o no y desconozco quién era su pareja, que no era Santander como ella. Mi abuelo fue de esos hijos y se llamaba Juan Bautista Santander, soldado, que murió en Fomento en 1934 con más de 50 años. Agradecemos orientación. Juan tenía un hermano ciego llamado Oscar Santander que vivía frente al Aljibe del Rey.
la abuela materna de mi papá Dulce María era de apellido López Santader y natural de Trinidad. Me puedes escribir al javierbolufejxl16@gmail.com pq a lo mejor mi papá y Ud son primos lejanos. Saludos cordiales
Buenos dias,
Escribo desde Barcelona. Hemos descubierto por papeles que mi madre guarda que tenemos un tatarabuelo nacido en Trinidad de Cuba. Quisieramos saber mas sobre este antepadado. Hoy mi sobrina ha estado en Trinidad, pero ha encontrado cerrado el archivo y la parroqui donde fue bautizado. Mañana ya vuela hacia Barcelona. Por lo tanto no tendremos ocasión de saber quien era. Si alguien puede informarnos, se podria poner en contacto y escribir a mi correo electrónico? Muchas gracias.
Saludos Isabel como se apellidaba y llamaba tú tatarabuelo?
Me gustaría conocer urgente un poco más la historia del poderoso hacendado Justo Germán Cantero y de saber si tuvo por hijo con María Monserrate a una niña de nombre Margarita que se dice que fue desheradada de la fortuna familiar.
Saludos Alejandro, yo soy descendiente de un hermano de Justo Germán. Que yo sepa ambos tuvieron ocho hijos pero ninguno con el nombre de Margarita, cuéntame algo más de esa historia..
También te agradecería si me pudieras brindar una biografía completa de Justo Germán Cantero o donde la puedo encontrar
ME PREGUNTO, CON TODO RESPETO, SI LOS INGRESOS POR CONCEPTO DEL TURISMO QUE TRINIDAD RECIBE NO PODRÍAN FINANCIAR UN TRABAJO DE CONSERVACIÓN, RESCATE, LEGITIMACIÓN Y JERARQUIZACIÓN PARA TANTAS INSTITUCIONES CULTURALES QUE EL MUNICIPIO ALBERGA….POR EJEMPLO, QUE SE DIGITALICEN LOS FONDOS DE ESTE Y OTROS ARCHIVOS LOCALES, QUE SE ACABE DE RESTAURAR EL MUSEO ROMÁNTICO (QUE PARECÍA LA OBRA DEL SIGLO CUANDO SE CELEBRABA EL 500 ANIVERSARIO Y YA SE DAÑÓ DE NUEVO)…ENTRE OTRAS COSAS, A LOS DOCUMENTOS DIGITALIZADOS PODRÍA PERMITIRSE EL ACCESO A LOCALES Y FORANEOS Y PODRÍA SER UNA FUENTE DE INGRESOS…..DESPUÉS DE NUESTRAS NARICES SIGUE LA VIDA…..
Buenos días
Por favor, de qué forma puedo saber en qué año entró mi bisabuelo español Juan Aguiar Molina, tengo el dato de que entró por el Puerto Casilda , más o menos entre 1900 y 1903, pero lo necesito con exactitud
Gracias
N un periódico provincial es este el tipo de periodismo que espero ver,el énfasis en lo que ocurre en la provincia desde una óptica menos complaciente.En definitiva para enterarse de lo que ocurre en el resto del país y el mundo,estan los medios nacionales y la internet cuyo uso se amplia.Confió en que mas temprano que tarde el Esacambray y demás medio del país se hagan mas amenos e interesante.Es mi opinión que a la gente le interesa mas lo que hay en venta en la feria ,los robos o una bronca en el Kilo 12,que el nivel del agua en la presa Zaza o la caña sembrada en Tuinicu.Hagan una encuesta.