Elevar el control partidista, el enfrentamiento y la combatividad fueron ideas centrales en la asamblea de balance del Partido en el municipio espirituano dee Jatibonico.
El Partido no puede convivir con los problemas y hace falta mayor capacidad de respuesta ante cada situación; tales planteamientos resultaron medulares en la asamblea de balance de la organización en el municipio de Jatibonico, que analizó, con mayor énfasis, las producciones cañera y agropecuaria, la batalla contra el delito, la política de cuadros y el trabajo con los jóvenes.
La caña estuvo bajo la lupa del plenario en un territorio que muestra avances, pero distanciado de las potencialidades, de ahí que varias opiniones se refirieron a esa actividad.
¿Qué tenemos que hacer y cómo hacerlo?, se preguntó Justo Luis Rojas, secretario del núcleo en la UBPC Melones, en clara alusión a que allí, en la base, nadie mejor que ellos conoce las reglas del cultivo; mas no basta con identificar las debilidades que llevan a los bajos rendimientos agrícolas; es momento de pasar de la explicación a la solución, de motivar a los colectivos para transformar la insuficiente disponibilidad de esa materia prima.
El Partido no puede seguir conviviendo con la mala calidad de las labores, permitir que se siembre mal la caña, que no se aproveche la doble jornada, subrayó José Ramón Monteagudo Ruiz, máximo dirigente político en la provincia y, a seguidas, apuntó: “Hay que controlar el trabajo, exigir a cada cual que cumpla con su labor, para reclamar a quien sea la responsabilidad que le toca, el cumplimiento de la tarea, no hay que esperar a la reunión del núcleo”.
De la discusión sobre este sector emanó un mensaje: la prioridad dada por el país a ese territorio en materia de maquinaria, camiones, sistemas de riego y otros recursos tiene que corresponderse con más producción de azúcar y en tal empeño toca a la organización exigir y cohesionar las fuerzas sin suplantar a la administración, expresó Monteagudo Ruiz.
Aleccionadora fue la intervención de René Álvarez Monteagudo, funcionario del Comité Central del Partido, al definir que el funcionamiento del núcleo no está en el acta bonita, sino en hacer análisis, señalar las deficiencias, ser combativos y, sobre todo, “discutir los problemas a camisa quitada, esa es la misión de la militancia en cada lugar”, puntualizó.
El balance partidista en Jatibonico devino asamblea del campo porque, después de la rama cañero-azucarera, el otro sostén económico descansa en el frente agropecuario, vertiente que dio pie a varias opiniones.
“Hay que lograr superioridad en el contrato, no se puede quedar el plan en unos pocos ni mucho menos una finca sin contratar; si ese proceso se hace mal, con debilidades, aparecen las indisciplinas, los incumplimientos”, detalló Carmen Lorenzo, presidenta de la organización campesina en el territorio.
Hermes Salabria, de la cooperativa Emilio Obregón, relató tropiezos puntuales como el atraso en el pago de la leche y el efecto de desmotivación que provoca en los campesinos, pero retrató, además, el reto de la organización de base a la hora de enfrentar el delito.
“El núcleo no ha sido capaz de lograr que la junta de dirección de la cooperativa garantice la patrulla campesina, hemos tenido debilidad en eso y tenemos que activarnos más para contrarrestar el hurto y sacrificio de ganado”, señaló.
La necesidad de que Jatibonico alcance mayor capacidad de respuesta en la Agricultura devino idea central de otra intervención del primer secretario del Partido en Sancti Spíritus, al plantear que hay que cumplir con los planes de la sustitución de importaciones porque constituyen una dirección de trabajo importante para el país y se ahorra, pero eso no quiere decir que se descuide la producción de comida para el pueblo.
Crítica y directa llegó la opinión de Raquel Tombinson, secretaria del núcleo de la Fiscalía Municipal, cuando alertó que los problemas conviven con la militancia y la falta de control partidista repercute en el delito y en otras esferas; asimismo, cuestionó la pasividad y el poco enfrentamiento antes los hechos negativos.
“Nos alarman los resultados de las auditorías y las verificaciones fiscales, porque los problemas no son identificados por las estructuras internas del centro de trabajo, los detectan mecanismos externos, eso demuestra que a los núcleos y al Comité Municipal del Partido les falta trabajo”, manifestó.
“Cuando el cuadro del Partido pasa por un lugar tiene que dejar una huella, pero hay que preparar mejor a los núcleos para que exijan más, para que eleven la responsabilidad y pongan los problemas arriba de la mesa”, precisó Monteagudo Ruiz.
La asamblea, a la que asistieron 177 delegados, eligió su nuevo Comité Municipal y su Buró Ejecutivo, al frente del cual quedó ratificado Jorge Luis Nápoles Marín.
Los análisis de la militancia tienen que estar desprovistos de formalismos, señaló Bárbara Ajeno Díaz, miembro del Buró Provincial del Partido al resumir la reunión y añadió que a la organización le corresponde llamar las cosas por su nombre, exigir y convertir el control en una expresión del trabajo diario.
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