Una quietud raras veces visible en áreas citadinas resulta notoria tan pronto como se ponen los pies en los parajes montañosos espirituanos.
Allí las escenas más comunes son las del campesino a caballo por una vial medio escabroso, la de la anciana en su taburete reclinado al horcón, mientras bebe el café; la de la escuelita rodeada de frutales, en relativa calma, y en el patio de los bohíos polluelos, gallinas y gallos que vienen y van en constante revuelo.
Según afirman fuentes oficiales, el delito en zonas del Plan Turquino de la provincia ha perdido terreno, quizás por esa suerte de acercamiento que desde hace algunos meses tiene lugar, gracias a la iniciativa del Ministerio del Interior, de conjunto con las autoridades gubernamentales. Encuentros realizados en lejanos parajes de los macizos montañosos de Guamuhaya y Bamburanao han permitido a la gente de campo convertirse en protagonistas de ejercicios especialmente dirigidos a ellos, donde el delincuente es seguido de cerca, alertado y si es preciso procesado, pero la mayoría, esa que no la debe ni la teme, presencia demostraciones lo mismo de las brigadas de bomberos que de la técnica canina y al final se funde en juegos de pelota con los uniformados, como para confirmar que esos hombres y mujeres vestidos de verde son una continuación del pueblo mismo y existen para resguardarlo.
“Los ejercicios de montaña constituyen una tradición y en ellos nos unimos con las provincias colindantes, Cienfuegos y Villa Clara; el año pasado realizamos cinco y en lo que va del 2015 los hemos hecho, en el caso de Trinidad, en el Algarrobo, Condado y Pitajones. Hasta allí han llegado los círculos de interés de Guardabosques e Incendios, entre otras propuestas interesantes. En febrero el escenario fue Bamburanao, con una acción comunitaria en la jornada de cierre; también efectuamos ejercicios en El Pedrero y Gavilanes, en lo que concierne al municipio de Fomento. Últimamente las iniciativas abarcan algunos sitios de la premontaña. Asiste la comunidad completa, resulta entretenido, instructivo y a la vez divertido, cuando se llega a la parte del deporte”, explica la coronel Dorisbel Martín Ojeda, segunda jefa del Minint en el territorio.
Según la información que obra en los archivos del órgano armado, durante el 2014 la situación delictiva en enclaves montañosos (incluido El Cacahual, del municipio cabecera, que también forma parte del Plan Turquino) experimentó una mejoría cuantificable, al reducirse el delito en un 25 por ciento. Durante ese lapso solo se reportaron 70 hechos, cifra bastante inferior a la del 2013. Ello redundó en los resultados generales del territorio, que viene experimentando mejoría durante los últimos cinco años.
Si bien lo que más abunda en el lomerío son los llamados robos de ratería, consistentes en la apropiación indebida de aves de corral, cerdos o carneros de campesinos de la comarca, tales incidencias no se tipifican como hechos contra el ganado. Muchas veces ni siquiera se denuncian aquellos que sí rezan como tales, quizás debido a la lejanía de los sectores de la Policía Nacional Revolucionaria, aunque cuando se trata de equinos o vacunos, apartado en el cual tampoco están libres de pecado, las notificaciones llegan enseguida. Tocante a esta tipicidad, de muy baja incidencia, apunta Martín Ojeda, la zona más implicada es Meneses, con el hurto y sacrificio de algunos bueyes el pasado año.
Sin embargo, en esos parajes tranquilos, donde la recreación suele tener un matiz más asociado al disfrute de la naturaleza que a las estridencias o a las reyertas, no se han suscitado hechos violentos o de sangre. Hasta las grandes alteraciones del orden brillan por su ausencia porque aunque muchos de los lugareños son dados a la ingestión de bebidas alcohólicas suelen controlar mejor sus actos y prefieren, para bien de todos ellos y de sus familias, disipar la juma en juegos de dominó o de pelota.
En no pocas oportunidades áreas del Plan Turquino espirituano resultan terreno fecundo para juegos prohibidos, como peleas de gallos y carreras de caballos. Si bien se legalizan por cuestiones festivas en fechas o momentos señalados, también es justo reconocer que en el caso de las no autorizadas los principales actores suelen ser pobladores de la ciudad que se alejan de las urbes para evadir la ley y plantar bandera en tierras estatales o privadas usualmente escondidas loma arriba.
Por eso si usted visita alguna de las comunidades de los cuatro municipios de la provincia incluidos dentro del programa priorizado que desde hace décadas se conoce como Plan Turquino, no deberá sorprenderse si ve a sus moradores inmersos en el arreglo de sus instalaciones o en medio de ferias con venta de alimentos, encuentros deportivos y presencia de promotores culturales. Pero, ojo: no dormirse sobre los laureles. Al parecer el año en curso con sus altas temperaturas no ha alterado la quietud de los montañeses; en premio a ello esos eventos que usualmente acontecen muy de vez en cuando — y no hablo solo de los organizados por el Minint — deberían sucederse con mayor regularidad. Allí, donde no solo los atardeceres son apacibles, serán bien recibidas nuevas y mejores ofertas en materia de entretenimiento y jolgorio.
Ese poblado que se muestra en la foto se llama Condado, lugar donde nació mi padre, un pueblo de gente humilde y muy revolucionaria, testigo de la lucha contra bandidos que se realizo en las montañas del escambray, sin embargo, es lastimoso ver como esos pobladores que tanto dieron por este sistema que esta vigente en cuba sufren de tantas carencias, es un pueblo olvidado, el colmo que ni un acueducto han logrado tener y siguen defendiendo a la revolución, es un pueblo noble y sencillo pero por favor, las autoridades, no abusen tanto de esa gran nobleza, hay gente buena allí, cuídenlos y respétenlos, denles lo que de verdad se merecen y por lo que muchos de ellos lucharon.
José Luis ese paisaje es Condado, que bueno que el plan turquino se esta reanimando, esa es una fortaleza, pues la emigración de pobladores de la montaña para las ciudades era muy significativa, sobre todo en los asentamientos de Trinidad y cuando vas a la causa es siempre la falta de atención a las mismas, es una garantía tener bien poblado esas montañas y que haya trabajo para todos los que estén en condiciones de hacerlo.
Definitivamente en el campo se vive mejor..Por ciero ese bello paisaje que aparece en la foto donde es?