EE.UU. debe cerrar la prisión en la base naval en Guantánamo, que provoca desprecio internacional, y procesar a los detenidos en territorio norteamericano, señala un editorial del diario The New York Times.
La Casa Blanca mantiene desde enero de 2002 un centro de internamiento de tiempo de guerra en esa instalación militar, ubicada en territorio cubano contra la voluntad del Gobierno y el pueblo de la isla caribeña.
Además de consideraciones morales y estratégicas, el cierre de esta cárcel es importante también desde el punto de vista financiero, pues el Ejecutivo gasta más de tres millones de dólares anuales por cada uno de los prisioneros, argumenta el editorial publicado este domingo.
El diario agrega que la senadora republicana Kelly Ayotte, presentó el martes pasado un proyecto de ley contra las intenciones del presidente Barack Obama de cerrar ese centro penitenciario, y de forma oportunista citó como argumento la masacre reciente en París, Francia, contra el semanario Charlie Hebdo, donde murieron 17 personas.
Ayotte pretende prohibir el uso de cualquier fondo del presupuesto del Departamento de Defensa o de otra agencia, para construir o modificar instalaciones penitenciarias en Estados Unidos con el fin de albergar a sospechosos de terrorismo.
Según el Times, esta iniciativa fuera de lugar no es una sorpresa, pues Ayotte habitualmente adopta posiciones extremas en asuntos de seguridad nacional, pero lo más frustrante fue que su correligionario John McCain está entre quienes apoyan la medida, lo que significa un viraje pues hasta ahora él favorecía el cierre de la prisión.
El editorial recuerda que en noviembre de 2013, McCain, apoyó una propuesta fallida para trasladar algunos presos hacia territorio norteamericano, y para apoyarla leyó una carta firmada por 38 exgenerales que señalaba: «Guantánamo es una traición a los valores de Estados Unidos» y esas palabras son hoy más verdaderas que nunca.
Según estadísticas de la Oficina del Director Nacional de Inteligencia, solo seis de 88 prisioneros liberados desde enero de 2009, regresaron a los grupos extremistas y se sospecha de otro que también lo hizo pero no está confirmada la información.
La Casa Blanca logró en años recientes transferir algunos prisioneros a otros países -una treintena de ellos fueron trasladados en 2014- y reducir la población penal a 122 detenidos de un total de 780 que han pasado por allí desde su inauguración.
El ex enviado especial del Departamento de Estado para el cierre de la cárcel, Cliff Sloan, señaló recientemente en un artículo en The New York Times, que las razones para cerrarla son ahora más fuertes que nunca, y que la Casa Blanca debe acelerar la transferencia de los detenidos.
Y Cuba tiene el derecho de volver a poseer de su territorio, ya que los contratos estan vencidos hace 15 años.