Los 14 accidentes de tránsito generados por animales sueltos en la vía pública durante el primer trimestre del 2015 en la provincia de Sancti Spíritus, aunque solo ha provocado lesiones y daños materiales, constituyen una señal de alerta.
No olvidemos la masacre provocada por un grupo de animales sueltos en un tramo villaclareño de la Autopista Nacional, hace poos años, en el que perdieron la vida varios pasajeros, en tanto el responsable del ganado fue sentenciado a 20 años de prisión.
Pese a esa amarga lección, la ciudad de Sancti Spíritus y otras cabeceras municipales semejan potreros por la cantidad de equinos que deambulan en ellas todos los días. Sin embargo, esta vez los accidentes, inducidos en su mayoría por vacunos y rebaños de ovinos y caprinos sueltos en la vía, ocurrieron en las carreteras de Sancti Spíritus a Trinidad, Carretera Central hacia Jatibonico, en la de Sancti Spíritus a Zaza del Medio y en la Autopista Nacional desde el Conejito de Tres Palmas hasta Taguasco.
Sobre el tema lo más preocupante es la falta de enfrentamiento a dicha problemática en el territorio espirituano, no solo por los tenedores y responsables de ganado mayor y menor, quienes no adoptan las medidas adecuadas y oportunas para evitar que los animales vayan a pastar en las fajas de carreteras, sino también por varios cocheros que una vez concluidas sus labores, sueltan sus equinos a pastar en las áreas verdes de ciudades y poblados.
También se desentienden del asunto los directivos del Ministerio de la Agricultura que están obligados por ley a enfrentar esas indisciplinas, salvo los del Centro de Control Pecuario en la provincia y los municipios, únicos que actúan contra los violadores, aunque no en la magnitud en que deben hacerlo. Los delegados municipales de la Agricultura deben asumir un mayor protagonismo en esta tarea, pues son los que deben garantizar los recursos y medios necesarios para la recogida de los animales en la vía pública y son los máximos responsables de ponerle coto a la impunidad.
Hasta la fecha las Comisiones Municipales de Seguridad Vial no han sido capaces tampoco de comprobar in situ si los propietarios y representantes de ganado mayor y menor, cuyas fincas colindan con las carreteras, han sido advertidos por escrito por las autoridades del sector.
De acuerdo con el informe presentado por la dirección del Centro Provincial de Control Pecuario, en el mes de marzo pasado la Delegación de la Agricultura en el municipio de Sancti Spíritus solamente realizó dos recorridos, impuso apenas una multa y no recogió un solo animal.
Por su parte, la de Yaguajay ni siquiera informó y la de Taguasco dio a conocer la realización ese mes de 28 recorridos y la imposición de solo cinco multas, sin recogida de animales. A ello se une que nada más se registraron dos decomisos durante el mes de marzo en toda la provincia. Como se puede apreciar, las acciones de prevención son casi nulas.
El ganado está controlado en los Registros Pecuarios de los municipios; por tanto, no resulta muy difícil determinar a quién pertenecen los animales que provocan accidentes de tránsito. Sin embargo, esa investigación no siempre se hace, sobre todo cuando no ocurren víctimas fatales. De modo que muchas veces las lesiones a las personas y los daños a los vehículos quedan en terreno de nadie. Tampoco se exige la responsabilidad colateral de quienes están obligados a enfrentar esas indisciplinas y no lo hacen.
La falta de control e insuficiencias de las entidades en este asunto provocan que cada día deambulen por nuestras carreteras animales suicidas que ponen en peligro la vida de las personas y perjudican la economía del país.
Me llama la atención que los lectores de Escambray no opinen nada de tan espinoso tema que pone en peligro la vida de las personas que circulan por las vias de la provincia. Sin embargo por el cartel del Banco de Sangre, hasta cabezas están pidiendo, eso me hace recoedar el famoso tema de los Pasteles Verdes y cito «Hipocresía, morir de sed, teniendo tanta agua……»