La Celac acordó seguir fortaleciendo las instancias técnicas y políticas regionales en materia de estupefacientes y sustancias psicotrópicas para enfrentar el problema de las drogas.
El acuerdo fue incluido en la declaración final de la II Reunión Ministerial de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que busca en la capital ecuatoriana adoptar una posición común, de cara a la Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidad (UNGASS, por sus siglas en inglés), a celebrarse en Nueva York el año próximo.
Al respecto, Daniel Ortega, coordinador nacional adjunto de la Celac en Ecuador, país que ocupa la presidencia pro tempore del bloque, destacó el consenso logrado en ese punto.
Antes siempre había que depender de que una instancia a nivel global nos dijera lo que teníamos que hacer, pero ahora está la decisión de hacer las cosas nosotros mismos, comentó el funcionario a Prensa Latina.
Ortega también recalcó que tras la reunión ministerial celebrada durante dos días en la sede la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), a unos 15 kilómetros al norte de Quito, la región latinoamericana y caribeña llegará mejor preparada a la UNGASS 2016 para dialogar con el resto del planeta.
Hay consenso de avanzar con una vocería propia, afirmó el coordinador ecuatoriano de la Celac, quien agregó que otro de los puntos de consenso fue priorizar el enfoque preventivo sobre el represivo, a la hora de enfrentar el problema de las drogas.
Aunque el texto conclusivo del encuentro de Quito era discutido este viernes a puertas cerradas, Prensa Latina confirmó que los representantes de los 33 países miembros del bloque regional también acordaron incorporar los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en todas las políticas relacionadas con el enfrentamiento a esa flagelo.
Cualquier medida en ese sentido debe estar en conformidad con el espíritu y el objetivo de salvaguardar la salud y el bienestar de la humanidad establecido en las tres convenciones de Naciones Unidas sobre drogas, y en concordancia con la Carta de Naciones Unidas y otros instrumentos internacionales relevantes en la materia, señala uno de los puntos aprobados.
Tras advertir que es «imperativo contar con una visión de consenso en el marco de la Celac», la declaración advierte que las políticas antidrogas deben respetar las decisiones soberanas de los Estados.
En ese sentido, el ministro de Gobierno de Bolivia, Hugo Moldiz, defendió durante los debates la estrategia aplicada por su gobierno.
Como país no tendremos ni un milímetro de retroceso para combatir y reprimir el tráfico y producción de cualquier tipo de droga, aseveró el funcionario, quien dijo respetar, pero no compartir, las propuestas de despenalización del consumo de estupefacientes que afloran en la región.
La víspera, en la inauguración del foro, el secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, aseguró que Latinoamérica tiene autoridad moral y política para exigir un enfoque alternativo a la lucha contra las drogas, por ser una de las regiones más afectadas por la aplicación de políticas fallidas.
Hemos sido azotados por el narcotráfico y por una política antidroga centrada en acabar con la producción y la distribución, sin tener en cuenta el consumo, afirmó el expresidente colombiano (1994-1998).
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